William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

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“Un sacerdote con abiertas manifestaciones de homosexualidad hace más difícil a los fieles reconocerlo como representante de Cristo"

RD, Miércoles, 1 de marzo 2006

Con ocasión de la presentación del nuevo rector del Pontificio Colegio Norteamericano en Roma, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal William Levada, explicó las razones de la no admisión de homosexuales al sacerdocio y señaló como una de ellas que “el reconocimiento público de la homosexualidad coloca al sacerdote en conflicto con el carácter esponsal del amor”.

Un sacerdote con abiertas manifestaciones de homosexualidad hace más difícil a los fieles reconocerlo como representante de Cristo. Asimismo, el reconocimiento público de la homosexualidad coloca al sacerdote en conflicto con el carácter esponsal del amor, tal como Dios lo ha mostrado e inscrito en el corazón de la persona humana”, dijo el Purpurado ante 170 seminaristas.

 

El Cardenal hizo alusión a los nuevos desafíos para los seminarios, entre los que se encuentra la implementación de la Instrucción vaticana sobre la homosexualidad, en relación a aquellos hombres con tendencias homosexuales profundamente enraizadas, quienes no deben ser ordenados sacerdotes.

Sobre el tema de la madurez psicosexual, el Cardenal Prefecto aclaró que la cuestión “debe ser tratada también desde la perspectiva teológica, sobre todo a la luz de la imagen de la relación esponsal entre Dios y su pueblo y los pasajes evangélicos en los que Cristo se refiere a sí mismo como el novio”.

“Especial cuidado y atención –aclaró el Cardenal Levada– debe prestarse a aquellos sacerdotes que hacen alarde de su inclinación, a quienes habría que preguntarles cómo esa conducta lo limita en su capacidad de manifestarse como Cristo, el novio, en relación a su esposa la Iglesia”.

"¿Acaso no ve que su situación está en contradicción con el carácter esponsal del amor, que Cristo reveló al hombre e inscribió en su naturaleza humana?”, cuestionó el Cardenal subrayando que precisamente es este aspecto el que la sabia Instrucción quiere destacar.