El ecumenismo es el objetivo prioritario del Papa, en el que prometió «trabajar sin ahorrar energías

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Los grandes retos de Benedicto XVI

RD, Jueves, 20 de abril 2006
Cuenta Juan Vicente Boo en Abc que como sabe que ser Papa es una tarea «superior a las fuerzas humanas» de cualquiera, Benedicto XVI está dando prioridad absoluta a la oración personal y a mantener la calma en su jornada, mientras empuja en todos los frentes utilizando como grandes palancas la fuerza de la palabra de Dios y la fuerza de la razón. En cierto modo, transforma los retos en estrategias, que pasan a dar resultados por cuenta propia.

Familia. La fragilidad cultural del mundo rico ha dejado en manos de la Iglesia la defensa del amor exclusivo entre un hombre y una mujer con generosidad hacia el otro y hacia los hijos. Frente a los intereses comerciales y políticos que intentan desestructurar la sociedad, el Papa revaloriza el amor humano.

Laicos. Lavando los pies a doce laicos el Jueves Santo, el Papa subraya que todos los bautizados son «Apóstoles». Intenta realzar a la vez el papel del sacerdote y del laico, cada uno en su lugar, sin imitaciones recíprocas que desvirtuarían a ambos. Ha convocado a todos los movimientos a la vigilia de Pentecostés.

Iglesia local. La prioridad estratégica es reforzar cada diócesis para que sea una muestra de toda la Iglesia, sin necesidad de impulsos o de órdenes exteriores. Un obispo y un Evangelio bastan para que el cristianismo arraigue en cualquier lugar. El Papa concede a los obispos el tiempo que niega a los estadistas.

Colegialidad. La revalorización de cada obispo en su diócesis, de cada conferencia episcopal, del sínodo de obispos y del colegio de cardenales es una fuerza multiplicadora. Junto con el «adelgazamiento» de la Curia, el Papa promueve dar mayor responsabilidad a las personas y producir menos documentos.

Lefebvrianos. Benedicto XVI les ofrece «borrón y cuenta nueva» si aceptan el Concilio Vaticano II. Podría darles una estructura de administración apostólica y libre uso de la liturgia tradicional si dejan de atacar la libertad religiosa, el ecumenismo, la reforma litúrgica y otros pilares del último Concilio.

Ecumenismo. Es su «compromiso prioritario», en el que prometió «trabajar sin ahorrar energías» y lo está haciendo. Sus contactos con las Iglesias ortodoxas y evangélicas son continuos, siempre en un clima de respeto y fraternidad. El objetivo es trabajar juntos al servicio de las personas y recuperar la amistad.

Judaísmo. Las relaciones religiosas con el judaísmo se han intensificado hasta el punto de que los rabinos que participan en las consultas forman casi parte de la familia en el Vaticano. El redescubrimiento de las raíces y de la misión comunes purifica tanto a judíos como a cristianos en un mundo necesitado del testimonio auténtico de ambas religiones.

Islam. Implicar cada vez más al Islam en el diálogo de judíos y cristianos es un objetivo esencial, sobre todo cuando los intereses políticos o terroristas explotan y manipulan la religión musulmana. Según el Papa, «las tres religiones monoteístas estan llamadas a cooperar entre ellas por el bien de la humanidad». Las religiones deben expurgar el terrorismo.