El Papa endurece el mensaje conservador de la Iglesia

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Benedicto, más a la derecha

RD, Lunes, 2 de abril 2007

Transcurridos más de 700 días de gracia desde su acceso a la jefatura de la Iglesia católica, la recurrente afirmación inicial de acólitos, e incluso detractores, de que este Papa iba a deparar grandes sorpresas, se ha revelado infundada. Los que anunciaron que nadie iba a reconocer en él al gran inquisidor de la doctrina que fue andan ahora mudos. Dos años después de la muerte de Juan Pablo II, que se cumplen hoy, a 18 días vista de su primera aparición como Pontífice, Benedicto XVI ha dado la razón a los entonces agoreros que vaticinaron que nada iba a cambiar en lo alto de la pirámide católica, al menos a mejor.

El Papa alemán mantiene intacta la hoja de ruta del guardián de la ortodoxia que fue durante cerca de 25 años, como mano derecha de Karol Wojtyla. Ambos se aplicaron en la tarea de desmantelar la vocación del Concilio Vaticano II (1962-1965) de reconciliar a la Iglesia católica con la sociedad moderna. Sucede, pero, que a diferencia del espontáneo y viajero Papa polaco, que accedió al trono con 58 años y un físico atlético, Ratzinger es un teólogo tímido que ha llegado a la cúpula en vísperas de convertirse en un octogenario obligado a dosificar sus esfuerzos. Así que tampoco en el terreno de la proyección mediática de la Iglesia sale favorecido de la comparación con su antecesor.

Para quienes auguraban que el cambio de estilo conllevaría una apertura inevitable, aunque fuera porque habían pasado 27 años entre una y otra elección, tienen motivos para estar decepcionados. Había alentado la esperanza, refiriéndose en los últimos tiempos como cardenal a la necesidad de introducir reformas. Los hechos le desmienten.

Por otra parte, en la basílica de San Juan de Letrán se escenificará hoy un nuevo acto de la carrera hacia la santidad de Juan Pablo II. El cardenal Camilo Ruini, el mismo que hace unas semanas denegó unos funerales católicos a un enfermo con una dolencia degenerativa que quiso acelerar su muerte, presidirá un ceremonia en la que se dará traslado del expediente que acredita los méritos sobrenaturales de Karol Wojtyla.