El obispo emérito Pedro Casaldáliga, uno de los principales referentes de la Teología de la Liberación en Brasil, pidió a la Iglesia flexibilizar su postura sobre el control de la natalidad y tener "misericordia" con las mujeres que enfrentan la "tragedia" de un aborto.

La Iglesia podría distinguir el aborto del control de la natalidad, pues "no se puede poner todo en el mismo saco", dijo Casaldáliga en una entrevista publicada este domingo por el diario O Estado de Sao Paulo, en el marco de la visita que realiza a Brasil el papa Benedicto XVI.

La actitud de la Iglesia en esos temas debe estar orientada por "un espíritu de amparo, de consuelo, de misericordia, pues pienso que no debe haber muchas personas que abortan por placer, por diversión, por festejo. Es una tragedia", afirmó.

Según Casaldáliga, "la doctrina oficial de la iglesia sobre el aborto, el control de la natalidad y las experiencias bioéticas no cambian. Lo que se pide es un diálogo con la propia ciencia, a la luz de la fe".

Desde que emprendió su primer viaje pastoral a América Latina, la semana pasada, el papa Benedicto XVI ratificó con énfasis la posición tradicional de la Iglesia en cuestiones relacionadas con la familia y la moral.

Ya en el avión que lo traía a Brasil aprobó las amenazas de excomunión blandidas por obispos mexicanos contra dirigentes políticos que legalizaron el aborto en Ciudad de México, y en un encuentro con la juventud en Sao Paulo abogó el jueves por la castidad antes del matrimonio.

Casaldáliga, de 79 años, ofició como obispo de la empobrecida localidad de Sao Félix de Araguaia (Estado de Mato Grosso, centro-sur) desde 1971 hasta su retiro en 2005.

Nacido en España, fue uno de los principales representantes de la Teología de la Liberación que preconiza el compromiso social de la Iglesia con los sectores excluidos, y durante el régimen militar (1964-1985) sufrió amenazas de muerte y expulsión.