Manifiesto final del Congreso de Teólogos Juan XXIII

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«Inmigrantes no son mano de obra barata»

PD/Efe, Domingo, 9 de septiembre 2007

Los Teólogos de la Asociación Juan XXIII recordaron hoy que los inmigrantes no son 'mano de obra barata', y señalaron que España tiene que aprender a verlos no como un problema, sino como una fuente de riqueza, reconociéndoles incluso el derecho al sufragio.

Los teólogos plasman esta reflexión en el comunicado final del XXVII Congreso de esta asociación, reunido desde el pasado jueves en Madrid para abordar la problemática de la inmigración, y bajo el eslogan 'fui inmigrante y me acogisteis'.

Para los teólogos, España, como población receptora de inmigrantes, tiene que aprender a verlos 'no como un problema, sino como una fuente de riqueza tanto desde el punto de vista cultural y espiritual como por la contribución que están haciendo al desarrollo de este país'.

'No se trata, añade la Asociación Juan XXIII, de mano de obra barata de la que podrá prescindirse cuando el ritmo de la economía afloje o las circunstancias lo aconsejen', sino de personas, sujetos de derechos: de acogida, a la dignidad, a la defensa jurídica, a la libre circulación, al disfrute de un marco jurídico que les proporcione estabilidad, a la práctica de su propia religión y patrimonio cultural, a una vivienda digna y a la reagrupación familiar.

En definitiva, dicen las conclusiones, 'son personas a quienes deben reconocerse todos los Derechos Humanos, incluido el sufragio como ciudadanos que son a todos los efectos'.

El Congreso afirma que es evidente que en pocos años en España se ha producido un gran cambio sociológico a causa de los fuertes flujos de la inmigración, 'que han puesto a prueba la capacidad solidaria de la población en general y de los cristianos en particular, así como el talante legislativo y ejecutivo de los diferentes gobiernos para hacer frente a los problemas derivados de ese nuevo fenómeno social'.

De ser un país de emigración, España se ha transformado en un país de inmigración. Y la realidad 'pone en evidencia que no siempre hemos sabido estar a la altura de las demandas que la nueva sociedad nos exige', dicen los teólogos.

Para el congreso 'esta nueva realidad hay que contemplarla no solamente desde una perspectiva sociológica y económica, con sus repercusiones directas en el mercado de trabajo y en la economía, sino desde su dimensión religiosa y cultural, sobre todo si tenemos en cuenta que un porcentaje muy elevado de los inmigrantes forman parte de culturas, religiones e iglesias cristianas de tradiciones diferentes a la mayoritaria en España'.

Reiteran también los teólogos, citando la doctrina paulina, que hay que 'recibir al otro', sin ninguna sombra de discriminación, sin paternalismos ni exclusivismos de ningún tipo, principios que son el 'el núcleo de la buena noticia del Evangelio y la clave para crear una sociedad nueva'.

En el comunicado se afirma también que el Congreso ha mostrado especial sensibilidad hacia las mujeres inmigrantes, doble o triplemente oprimidas: por ser inmigrantes, por ser mujeres y, en muchos casos, por pertenecer a culturas, razas y etnias discriminadas, y ha asumido el firme compromiso de trabajar en este terreno para conseguir su plena integración y el reconocimiento de sus derechos en todos los campos.

En definitiva, concluye la Asociación de Teólogos Juan XXIII, 'tenemos que aprender a valorar la riqueza cultural y económica que aporta la presencia de los inmigrantes, respetando la diferencia, en un marco de igualdad jurídica en el que puedan crearse espacios comunes de convivencia, en los que hemos de ejercer la solidaridad de manera activa y generosa.