La diócesis recurre a sacerdotes de Colombia, Brasil y Polonia

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Curas importados para Valladolid

RD, Domingo, 16 de septiembre 2007

«Es un intercambio cultural». Esta es la frase con la que los responsables del Arzobispado describen el ir y venir de sacerdotes entre las diferentes diócesis del mundo. En esta línea, dos curas polacos y uno colombiano colaborarán este curso en diferentes parroquias de la provincia vallisoletana. Tres visitantes que junto con Wilton Araujo Dos Santos -cura brasileño que desde hace dos años se ocupa los fines de semana de la parroquia de Becilla de Valderaduey- colaborarán con la iglesia vallisoletana, según cuenta J. Galván en el Norte de Castilla.

Aparte del enriquecimiento cultural que los intercambios suponen, esta práctica ayuda también a subsanar la falta de sacerdotes en Valladolid. Y es que el número de ordenaciones que cada año se producen en la provincia disminuye a marchas forzadas. Así, mientras hace unos años lo normal era que al menos seis alumnos se preparasen para desempeñar en un futuro las labores sacerdotales, este año sólo tres personas han decidido seguir este camino, una más que en el curso anterior, en el que dos nuevos presbíteros se dieron cita en la Catedral. Esta situación, sufrida desde hace alrededor de quince años, encuentra en los intercambios que la iglesia de Valladolid realiza con otras diócesis extranjeras un ápice donde poder agarrarse.

Los pueblos que reciben a los nuevos inquilinos se muestran encantados. Un ejemplo es el de Wilton, que ya lleva dos cursos en la parroquia de la localidad de Becilla de Valderaduey. Estudia en Salamanca de lunes a viernes y los fines de semana se ocupa de sus fieles. «Se ha sabido ganar el cariño, sobre todo de los más jóvenes del lugar» , señala el párroco de la iglesia del pueblo, José Ignacio. «Al principio le costó un poco, pero ahora la gente le aprecia mucho», añade el veterano.

Estudios

Completar sus estudios es el principal motivo por el que los jóvenes religiosos vienen a la capital. Salamanca es el principal destino de estos alumnos. Sin embargo, la abundancia de curas de esta provincia hace que las parroquias de Valladolid les reciban con los brazos abiertos. De los tres nuevos visitantes, los dos polacos irán a la provincia salmantina. Uno de ellos hará Derecho Canónico, mientras que el otro cursará el doctorado. Los fines de semana -días en los que las clases se suspenden- estos dos sacerdotes se harán cargo de la parroquia de San Lorenzo y de Rioseco.

El caso del hermano colombiano es distinto. Él no viene a la comunidad a estudiar. Su misión pastoral está bien definida. Así, el sacerdote llevará a cabo una dura labor centrada en los inmigrantes de la zona de Íscar y Pedrajas. «Su labor pastoral se sabe bien ya cuál es. Es un caso diferente a los anteriores», aclaran desde el Arzobispado.

El arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez, se muestra contento con esta práctica. «Ellos vienen y aprovechan su estancia aquí», señala el arzobispo. «Y nosotros les recibimos encantados», añade. Además, Braulio Rodríguez relata que durante el verano «hemos tenido a un cura del Congo», que sólo permaneció en Valladolid durante el período estival «y ha ido muy bien». Y es que esta actividad, se hace desde hace años. «Éste es un intercambio. Al igual que nosotros tenemos cinco ó seis sacerdotes en África, vienen aquí sacerdotes de otros países», señala Braulio Rodríguez. «Si podemos, dentro del propio país también nos intercambiamos entre las diócesis», comenta.

Latinoamérica, seguida de Polonia, son los dos principales países exportadores de sacerdotes, debido, sobre todo, a la tradición católica que estos lugares poseen. Y es que todas las comunidades tienen que cooperar para solucionar un problema que se extiende como la pólvora.

Sólo tres ordenaciones

Isidro Alonso Moratinos, Guillermo Camino Beazcua y José Colinas Blanco. Éstas son las tres personas que el arzobispo ordenó el pasado mes de abril en la Seo vallisoletana. Las vocaciones al sacerdocio descienden en Castilla y León el 14,8% con respecto al curso pasado, según datos de un informe de enero de este año. Así, a lo largo de este ejercicio en enero había en la comunidad ochenta aspirantes a sacerdotes frente a los 94 registrados en el curso 2005-2006.

El rector del Seminario de Valladolid, Luis Argüello, señala que, en la actualidad, el centro cuenta con 12 seminaristas mayores -que son lo que tienen decidido su vocación- y 37 seminaristas menores -jóvenes que cursan sus estudios de bachillerato y secundaria como cualquier chico de su edad-. Número que sigue la misma línea que en los últimos 15 años. Argüello señala además, que el perfil del seminarista es diferente al de años atrás. Licenciados, inmersos en el mundo laboral y mayores de 25 años. Así son, ahora, los aspirantes a curas.

En la actualidad, «hay unos 250 sacerdotes, más otros 70 jubilados», según palabras de Argüello da. Esta situación hace que cada uno de los religiosos deba ocuparse «de una media de tres parroquias en los municipios», relata.

Toda una serie de datos que reflejan que los nuevos inquilinos ayudarán a solucionar un problema de todos.