Roban reliquia de obispo argentino que hace milagros

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Ladrones del corazón milagrero

PD/EFE, Miércoles, 23 de enero 2008
El corazón de Mamerto Esquiú, obispo católico muerto en 1883 al que se le atribuyen cientos de milagros en Argentina, ha sido robado de un convento del norte del país, donde se conservaba como reliquia, informa hoy la prensa local.

El fray Jorge Martínez, guardián de la orden franciscana de Catamarca a la que pertenecía Esquiú, descubrió ayer que el cofre de vidrio que protegía la reliquia en la iglesia de San Francisco había sido roto con una piedra.

El ladrón "sólo buscaba el corazón, porque no se llevó nada más", dijo el religioso en declaraciones a la prensa de Catamarca, 1.200 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.

La policía busca a sospechosos del robo, dijeron a Efe portavoces de la fuerza de seguridad.

Una testigo aseguró que vio "salir corriendo" de la iglesia a un hombre de "mediana edad que apretaba un objeto contra su pecho".

El corazón del "Santo Varón de Catamarca" (1836-1883) ya había sido sustraído en octubre de 1990, aunque poco después fue hallado en el techo del convento, hecho que hasta ahora no ha sido aclarado por la Justicia.

"Fray Mamerto Esquiú", como se le conoce popularmente, nació en la localidad catamarqueña de Piedra Blanca en 1836.

A los cincos años su madre le confeccionó un hábito franciscano con la promesa de vestirlo siempre con él, en un desesperado intento para que se recuperase de su débil salud.

A los 10 años, ya huérfano, ingresó en el convento de San Francisco, donde fue ordenado sacerdote en octubre de 1848.

A finales de 1880 fue nombrado obispo de la provincia de Córdoba (centro del país), donde oficiaba misas en penales y hospitales, además de continuar con su labor docente y realizar una intensa obra política y social.

En ese sentido, fue declarado "orador" de la Constitución Nacional de 1853 por sus célebres sermones en favor de su acatamiento y de la unión de los argentinos.

Murió el 10 de enero de 1883 y sus restos descansan en la catedral de la capital de Córdoba, a excepción de su corazón, que fue trasladado hacia el convento de San Francisco.

Los trámites para su beatificación comenzaron hace varias décadas y en 1978 los teólogos del Vaticano aprobaron su viabilidad.

En noviembre del año pasado, peritos de la Santa Sede rechazaron una cura milagrosa y principal prueba en el proceso de beatificación del religioso, que sin embargo no ha quedado sin efecto.

El milagro, según la presentación de los franciscanos, había ocurrido en 1997, cuando un docente catamarqueño perdió la visión de uno de sus ojos por una trombosis de retina irreversible, de acuerdo con el diagnóstico de los médicos.

Sin embargo, mediante una declaración jurada, el docente dijo haberse trasladado hacia Córdoba motivado por la fe y suplicado a Esquiú que le devolviera la vista, lo que aseguró haberle ocurrido tres días después.

En noviembre último fue beatificado el mapuche argentino Ceferino Namuncurá, el segundo indígena americano que llega a los altares (el primero fue el mexicano Juan Diego).