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El obispo de Ávila reitera que los prelados son mileuristas

PD/EFE, Viernes, 6 de junio 2008

El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, ha instado a los feligreses a que sean "justos y honrados" con la anual obligación ciudadana de la Declaración de la Renta, recordado que a la Iglesia Católica no la sustenta el Estado sino los fieles y advertido que los prelados "también son 'mileuristas'".

En su Carta Pastoral de esta semana, monseñor García Burillo ha instado a los católicos a "ser ejemplares a la hora de cumplir" con sus "obligaciones civiles y ciudadanas siempre que sean justas y estén destinadas al bien común".

En este contexto ha repasado distintos aspectos relacionados con "la realidad económica de la Iglesia" y explicado que ésta "se financia gracias a la aportación de los fieles: bien a través de colectas dominicales, de las campañas anuales o de las suscripciones periódicas; bien a través de su Declaración de la Renta".

Después de rechazar las afirmaciones de quienes aseguran que la Iglesia "es rica porque tiene en propiedad muchos templos, palacios o catedrales", ha dicho que se trata de una aseveración que "conduce al equívoco" porque es un patrimonio "inalienable, que no se puede vender" y del que "se beneficia toda la sociedad sin exclusiones, también los no católicos".

De la misma forma ha rebatido a quienes aseguran que a los sacerdotes y obispos "les paga el sueldo el Estado" y que además "cobran unos honorarios altísimos", ya que son pagados "por la Iglesia, con el dinero que obtiene de la Declaración de la Renta".

Al respecto, Jesús García Burillo ha precisado que a todos ellos "se les garantiza el salario mínimo interprofesional", para compensar su "trabajo, dedicación y servicio pastoral".

"Para que os hagáis una idea", ha continuado en su mensaje semanal, "un sacerdote tiene un salario que oscila entre 600 y 800 euros al mes, y los obispos cobramos un poco más, alrededor de 900. Por eso no es tan descabellado decir que los obispos podríamos ser considerados 'mileuristas'".

Ha recordado igualmente que un sacerdote "cotiza por el salario mínimo, sin derecho a baja laboral" y que cuando se jubila percibe "sólo la pensión mínima".

"Todo esto, que vivimos con gozo y alegría, forma parte de la austeridad y el espíritu evangélico que ha de impregnar nuestras vidas. Es una disposición y actitud que asumimos confiados siempre a la Providencia", ha argumentado.

Por otra parte, ha destacado lo "difícil de cuantificar en términos económicos" la acción caritativa de la Iglesia, si bien hace referencia a un estudio realizado en España que demuestra cómo "sólo en las parroquias se producen al año 42 millones de horas de trabajo pastoral".