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El Papa: "Los bancos caen; sólo la palabra de Dios es estable"

RD/Agencias, Martes, 7 de octubre 2008

El papa Benedicto XVI abrió ayer el XII Sínodo de Obispos en Roma contrastando la volatilidad, fantasía e incoherencia del capitalismo con la estabilidad y solidez de la palabra de Dios. Mientras lejos del Vaticano se hundían las Bolsas, el Papa, en un discurso sin papeles, aleccionó a obispos y cardenales diciendo: "Vemos que en el derrumbe de los grandes bancos el dinero se desvanece, no es nada, y que todas esas cosas que parecen la única verdad con la que se puede contar, son en realidad de segundo orden". Reflexionando sobre la metáfora de la casa construida "sobre la arena o sobre la roca", el Papa explicó que aquellos que "construyen sólo sobre cosas visibles y tangibles, como el éxito, la carrera, el dinero", deben recordar que "en apariencia, estas cosas son la realidad, pero todo eso un día pasará".

La crisis financiera también ha llegado al Vaticano, aunque de momento parece que le está sacando provecho. Para empezar, le vino ayer muy bien al Papa para advertir del peligro de los bienes terrenales e hilar la metáfora central de su discurso de apertura del sínodo de obispos, que se celebra hasta el día 26. Este gran congreso eclesiástico está dedicado a la Biblia y Benedicto XVI aseguró ayer que «la palabra de Dios es sólida, la verdadera realidad en la que basar la propia vida». Por el contrario, «la materia, las cosas sólidas, que se tocan» son pasajeras: «Lo vemos ahora con el derrumbe de los grandes bancos, este dinero desaparecerá, no es nada».

Ratzinger insistió en que, a diferencia de los valores bursátiles, la palabra de Dios «es estable como el cielo y más que el cielo, es la realidad». No obstante, quienes dirigen las finanzas de la Santa Sede se han mostrado muy realistas, porque la Iglesia tampoco vive del aire. Es más, han sido listos en el análisis de los mercados: igual que hace unos años desconfiaron de la burbuja tecnológica, el año pasado cambiaron a tiempo de caballo y transformaron las inversiones vaticanas en títulos en oro, obligaciones y dinero contante.

Lo ha contado el diario británico católico The Tablet, que ha estudiado las cuentas de la Santa Sede de 2007, divulgadas en julio. Por eso el Vaticano está ahora muy bien situado para capear la crisis, pues tiene una tonelada de oro, valorada en 19 millones de euros, uno de los valores más seguros ahora mismo. Además posee, según la publicación, 340 millones de euros en moneda, 520 en obligaciones y, naturalmente, su patrimonio inmobiliario calculado en 424 millones. En total, bienes por 1.400 millones de euros. Según un analista del diario, «el Vaticano puede sacar provecho de la tempestad».