Me consta que la Asociación de Teólogos y la red de gente a la que representa es más plural y más inclusiva
(José Manuel Vidal).- El recientemente fallecido Julio Lois era tan auténtico y tan profundamente evangélico que conseguía casar en su persona y en sus escritos la radicalidad profética con la huida del maniqueismo. Profundo conocedor de la naturaleza humana, sabía que la vida nunca es en blanco y negro. Denunciaba, pero sin romper los puentes de la comunión. Seguía a cristo con radicalidad, pero sin desautorizar otros caminos. Nunca se creyó en posesión de la verdad. Así era en su vida personal, en sus clases en las que tanto aprendí y en sus escritos. Tanto personales como colectivos. Y su impronta y su autoridad se traslucía siempre en los mensajes conclusivos de los Congresos de Teología de la Juan XXIII. Pero este año, el menssaje no pasó por sus manos. Y tiene demasiado de Tamayo y demasiado poco de Lois.
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