Un cambio que, según apunta Maradiaga, debe llegar también al ámbito de la moral
(José M. Vidal).- Es su cardenal de máxima confianza. Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, moderador del G-8 cardenalicio, se ha convertido en una especie de alter ego de Francisco. Valiente, decidido, seguro de sí mismo, no busca situarse ni medrar en la institución. Es de los que mejor entiende la «primavera» de Francisco y la defiende sin pelos en la lengua. De frente y a las claras. Incluso frente al guardián de la ortodoxia, el prefecto de Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, al que le acaba de decir públicamente que «debería ser más flexible».
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