No utiliza frases manidas ni abstractas. Le llama a las cosas por su nombre, se moja, se implica, no escurre el bulto, no se justifica
(José Manuel Vidal).- Es dominica contemplativa y, por lo tanto, predicadora. Quizás por eso, Lucía Caram domina el arte de la predicación audivovisual. Su entrevista de ayer (en horario de máxima audiencia) con Risto Mejide es un ejemplo, a mi juicio perfecto, de cómo tiene que comunicar un eclesiástico. Lucía estuvo espléndida en fondo y forma. Tanto que terminó conquistando al duro de Risto, que acabó emocionado y reconociendo que esa forma de ser creyente sigue teniendo tirón y seduce.
Para leer el artículo completo, pinche aquí