Por eso los ojos se abrieron y lloraron. Por eso los oídos escucharon el dolor y los gritos
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(Euquerio Ferreras).- El mar se embraveció y… Surgen muchas preguntas
y hay grandes respuestas.
¿Qué somos? ¿Por qué vivimos? ¿De dónde venimos?
¿A dónde vamos?
¿Por qué existen un Primero, Segundo, Tercero y un Cuarto
mundos?
¿Por qué existe el mal, la injusticia, el sufrimiento, la guerra, el hambre, el maremoto?
Indonesia, India, Tailandia, Malasia, Maldivias,
Bangladesh, Sri Lanka. Es el Asia golpeada y estremecida. Y, de rebote también el África. Fue un 26 de diciembre de 2004.
Porque los seres humanos no hemos perdido la capacidad de estremecernos, han surgido estas respuestas tan generosas.
Porque la distancia geográfica ha sido superada por los medios de comunicación.
Porque la tragedia y la naturaleza desatadas han hecho que la globalización nos hiciera hermanos por encima de continentes, naciones, fronteras, religiones.
Porque la pobreza es causa de los desastres naturales.
Por eso los corazones se revolucionaron y amaron.
Por eso los ojos se abrieron y lloraron.
Por eso los oídos escucharon el dolor y los gritos.
Por eso las manos y pies se pusieron a servir.
Por eso los labios pronunciaron plegarias.
Por eso se produjo el maravilloso y humano milagro de la palabra solidaridad,amor,caridad.
Hubo soluciones (aquí y allí).
Porque en más de cien países en vías de desarrollo, el amor del hombre se hizo carne, verdad, historia desde muchos puntos del planeta tierra en sus cinco continentes.
Porque las imágenes hablaban por sí solas.
Porque pasamos de las palabras a los hechos.
Porque del conocimiento caminamos al compromiso, a la ayuda.
Porque lágrimas, niños, noticias, oraciones, ayudas, ciencia, técnica, estructuras, medios, individuos, Iglesia, Estado, organizaciones internacionales se fusionaron como hermanos y para hermanos.
Porque no es posible olvidar todo esto y caminar juntos.
Porque casi trescientos mil muertos, y (3 a 5 millones de damnificados y desaparecidos) tienen que generar vida…