"Los estudios bíblicos se han vuelto globales"

Los estudios bíblicos en la actualidad

"El divorcio entre la cultura oficial española y la Biblia no tiene igual en otros países"

Los estudios bíblicos en la actualidad
Estudios de la Biblia

(Julio Trebolle, catedrático).- Regreso del Congreso de la Sociedad Europea de Estudios bíblicos (EABS) que se ha celebrado en Córdoba los días 12-15 de Julio, con la participación de unos cuatrocientos «biblistas» de países europeos, de América del Norte y de Israel, y una discreta participación española. Aunque en plenas vacaciones, es un buen momentao para reflexionar sobre hacia dónde van hoy los estudios de la Biblia, para lo cual es necesario saber de dónde venimos y dónde estamos.

Mi primer congreso bíblico fue también el primero de la Asociación Bíblica Española celebrado en Sevilla en 1973. Una nueva generación de biblistas, muchos formados en Roma y Alemania, puso entonces en marcha proyectos que años más tarde cristalizaron en la edición de textos midrásicos, apócrifos, de Qumrán y del Antiguo Oriente, así como en la publicación de numerosas monografías sobre Antiguo y Nuevo Testamento.

El primer congreso internacional al que asistí fue el de la Internacional Organization for the Study of the Old Testament (IOSOT), celebrado en Gotinga en 1977. En su discurso de apertura Walter Zimmerman recordó emocionado cómo en su época de estudiante el régimen nazi había prohibido el estudio del Antiguo Testamento y expulsado a los profesores de sus cátedras. El muro del telón de acero que discurría muy próximo a esta ciudad universitaria imposibilitaba la asistencia al congreso de profesores de la Alemania del Este y de la Europa oriental. Los temas tratados eran propiamente exegéticos y de teología bíblica, con alguna incursión en la «arqueología bíblica» y la historia y religión de Israel.

En el siguiente congreso en Viena la IOSOT aprobó celebrar en Salamanca el correspondiente al año 1983. La España de la transición estaba de moda y, aprobada la ley de libertad religiosa, el mundo protestante aceptaba de buen grado celebrar el congreso en la España de tradición católica y en una universidad con la historia de la salmantina. El congreso de Salamanca fue un éxito, pero una reseña aparecida en una revista alemana denunciaba dos ausencias que rompían con la tradición de congresos anteriores: echaba de menos la presencia en el acto de apertura de una autoridad académica de la Universidad y de otra de la Iglesia, la católica en este caso.

Pasados más de treinta años el congreso de Córdoba ha estado organizado por una nueva sociedad europea, la EABS. La Society of Biblical Literature, radicada en Estados Unidos, reúne a miles de participantes en sus congresos anuales, celebrados conjuntamente con la sociedad americana para el estudio de las religiones. En las últimas décadas han proliferado las asociaciones y revistas científicas dedicadas al estudio de campos muy diversos como Qumrán, la Masora, el Targum, la Biblia griega, la literatura apócrifa, entre otros muchos.

Los estudios bíblicos se han escindido en numerosas disciplinas, por lo que tratan de ser interdisciplinares: la arqueología, que ha dejado de denominarse «bíblica»; la historia, que no tiene ya tanto en consideración el testimonio histórico de la Biblia; la exégesis, que junto a los métodos clásicos histórico-críticos ha integrado otras metodologías y perspectivas; la teología bíblica, más viva de lo que parece aunque a la búsqueda de nuevos enfoques; el estudio comparado de la Biblia con las literaturas y religiones del Antiguo Oriente; el estudio de la literatura apócrifa, una vez diluida la frontera entre lo canónico y lo apócrifo; la investigación sobre los manuscritos de Qumrán, todavía apenas integrada en los estudios del Nuevo Testamento que siguen produciendo comentarios en los que apenas se hace uso de los nuevos conocimientos; la Biblia griega (la versión de los Setenta) y las versiones antiguas, más valoradas hoy gracias justamente a los descubrimientos de Qumrán; y otras muchas disciplinas que han adquirido carácter autónomo: la edición de los textos bíblicos, la historia del texto y la crítica textual, los estudios de las diferentes lenguas bíblicas, iconografía, rabinismo, primera patrología, etc.

A ello se añaden estudios que han alcanzado un gran desarrollo como los de género, de antropología, sociología y psicología, traducción y recepción, digital humanities, entre otros, en relación con la Biblia.

Más allá de la interdisciplinariedad, los estudios bíblicos se han vuelto globales. La Biblia se estudia en relación con el Corán y con los libros sagrados de otras religiones. No se estudia ya sólo en departamentos bíblicos, sino en departamentos de religiones, de literatura comparada y también de antropología o sociología. No la estudian sólo «biblistas», protestantes, católicos u ortodoxos, sino también especialistas de los campos más dispares, incluidos los que se confiesan «seculares» o ateos.

Se tratan temas globales de extrema actualidad, como Biblia y violencia, tolerancia, ecología desigualdad social o emigración. Aunque predominan los estudiosos de los países del Norte, son ya muchos los de los Sures, americano, africano y asiático. La Biblia es más leída – o dice más – en los países del Sur que en los del Norte, los cuales, sin llegar a proscribirla como en las épocas nazi y soviética, la abandonan, la reducen a literatura, o la acusan de violenta cuando antes la acusaban de débil con Nietzsche, de escapista con Freud y de adormidera del pueblo con Marx.

Viniendo ahora a España, por invitación de la sociedad organizadora, cuya próxima presidenta, Athalya Brenner-Idan, se declaró «secular», en el acto de apertura intervino con unas palabras de «bienvenida» el Obispo de Córdoba. Estaba prevista asimismo la intervención del Decano de la Facultad de Filosofía y Letras quien por razones personales excusó su ausencia. Sólo en España la presencia de representantes de confesiones religiosas en un congreso científico sobre la Biblia o de autoridades académicas en un congreso sobre la Biblia, cuyo estudio no tiene ubicación en la universidad pública española, ofrece dificultades que no es fácil explicar a un colega extranjero, inglés, alemán, nórdico o americano.

El hecho es que el divorcio entre la cultura oficial española y la Biblia no tiene igual en otros países, ni siquiera en la Francia laica que, desde luego, es culta. En la Collection Bibliothèque de la Pléiade de Gallimard figura la Biblia en tres volúmenes, incluyendo la literatura apócrifa (números 120, 226 y 337). No existe nada comparable en el mundo editorial español.

En un debate del congreso se aludió a una cuestión recurrente: la «inclusión» en la sociedad de miembros de instituciones académicas «fundamentalistas», cuyas posiciones chocan con las reconocidas en el mundo científico. L. Grabbe, historiador muy reconocido, dijo proceder del magma fundamentalista, del cual se apartó gracias al estudio académico y científico, por lo que aconsejaba mantener las puertas de la EABS abiertas a quines pueden seguir la misma trayectoria.

En los países latinos los estudios de lenguas clásicas, del latín en particular, se hallan en franco retroceso. En Italia los graduados de Humanidades pasaron entre 2005 y 2010 de 40.850 a 22.201. Por el contrario, en Estados Unidos aumenta cada año el número de matrículas en Humanidades y en Europa, aunque la media apunta a una disminución de los graduados en Humanidades, Alemania muestra una tendencia inversa, pues entre los mismos años de 2005 al 2010, siempre según Eurostat, se triplicó el número.

Me he preguntado muchas si una razón importante de la disminución de estudiantes de latín, griego y hebreo en los países latinos y, en general, de la cultura latina, es el divorcio entre el mundo laico y el religioso, mucho más acentuado que en los países anglosajones y germánicos, en los que los estudios de lenguas clásicas y de humanidades se nutren en buena medida de estudiantes de tradición religiosa, protestante o católica.

En España ciertas corrientes antiintelectuales, de sospecha incluso hacia los estudios bíblicos, han acentuado la retirada de lo católico del mundo académico y universitario, al tiempo que este mundo se ha distanciado en igual medida de la tradición cristiana y católica del mismo país cuya historia parece ser muy diferente desde una perspectiva u otra.

La Biblia, un libro oriental transplantado a Occidente y un libro a un tiempo religioso y clásico, puede jugar y de hecho desempeña un papel mediador entre culturas y religiones en los conflictos actuales. El «diálogo de civilizaciones» en el que España pretendió jugar un papel protagonista no es factible sin el paso por la Biblia como uno de los pilares de la civilización occidental y también de la islámica.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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