A pesar de que la Constitución Española prohíbe estrcitamente las asociaciones secretas, el Opus sigue actuando dentro del Estado y dentro de la Iglesia de un modo oscuro
(Antonio Esquivias)- En estos últimos meses especialmente, pero en realidad desde hace bastantes años, compruebo que el Opus es la organización de los anónimos. Alrededor del Opus Dei, todo son anónimos. Por ejemplo, la inmensa mayoría de los comentarios que me hacen a lo que escribo, son anónimos. Las intervenciones de los exmiembros también son anónimas y en los debates sobre el Opus tanto a favor como en contra la mayor parte de los que intervienen prefieren mantener en el incógnito quiénes son. Exmiembros que me escriben directamente me dicen cosas interesantes, pero no quieren salir públicamente. Los miembros del Opus en política o en la magistratura no manifiestan públicamente su pertenencia.
Yo me pregunto cuál es la razón de tanto anónimo, el por qué las personas que están todavía o han estado en el Opus cuando salen a la luz pública no quieren dar su nombre real. Sé perfectamente que, entre los que pertenecen, no hacer pública su pertenencia al Opus es una de las indicaciones que se dan a todos los miembros. Los de fuera no quieren que se conozcan sus nombres ligados a sus reales opiniones sobre lo que sucede dentro. Luego es una suma de anónimos, tanto los de dentro como los de fuera, escriben de modo anónimo.
Hablar sin dar la cara es una carencia en la comunicación humana, somos personas con rostro y éste es el que da valor confirmando nuestras afirmaciones con el valor de nuestra persona. Actuar anónimamente es una despersonalización. Esa despersonalización implica una carencia de responsabilidad, se puede tirar la piedra y esconder la mano.
Además actuar anónimamente quita la mayor parte de la eficacia a la comunicación a efectos de opinión pública. Para movilizar la opinión pública las víctimas tienen que aparecer, indicar dónde se han violado sus derechos. Aun siendo las opiniones que se vierten sobre el Opus de una forma abrumadoramente mayoritaria negativas, hay pocas caras en ese mundo de las opiniones sobre el Opus y por ello también pocos cambios.
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