Jesús sabe que la cuestión del pan (de la comida y de los euros) no se arregla en un nivel puramente material, sino en uno más alto
(Xabier Pikaza).- El evangelio del domingo pasado contaba la historia de las multiplicaciones y decía que, al ver que les daba de comer, muchos quisieron coronarle rey; pero Jesús se escapó al monte, porque no quería ser rey de esa manera (no quería limitarse a dar simplemente de comer).
Y de esa manera, tras esconderse en el monte, marchó a Cafarnaúm, su pueblo. Pero la gente que había querido hacerle rey para comer de balde (¡a costa de los otros!) no dejó de insistir, y así llegó tras él a Cafarnaúm, exigiéndole lo mismo:
¡Quieren hacerle rey para quedarse así, en el nivel de la economía, como cebones satisfechos. Pero él se resiste: ¡No quiere ser rey dando de comer! Quiere hacer algo mucho más importante: ¡Enseñarles a ser pan, es decir, personas!
Esa respuesta de Jesús que se niega a darles de comer de esa manera no es un gesto de evasión, sino todo lo contrario: ¡Es un ascenso de nivel!
Jesús sabe que la cuestión del pan (de la comida y de los euros) no se arregla en un nivel puramente material, sino en uno más alto, en un nivel más alto, siendo de verdad personas.
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