Es la prueba del algodón para Francisco, en quien tantas esperanzas han puesto los cristianos de los márgenes, que son muchos mas de los que se cree
(Juan Rubio).- Tengo mis dudas sobre el próximo Sínodo de la Familia, segunda parte. Después habrá que esperar la Exhortación del Papa, que puede, si lo dejan y no lo intoxican, decir lo que considere.
Tengo un sabor de un algo extraño, un no se que que se queda balbuciendo sobre varios asuntos que se trataran en la asamblea sinodal, en la que no se puede olvidar que es SINODO DE OBISPOS. Los demás tiene voz, pero no voto. Por ahí debiera haber empezado el Papa, un hombre de convicción y con ideas claras de UNA IGLESIA EN CAMINO Y SEMPER REFORMANDA. Pero abrir puertas para que entre el aire y que solo las mitras pueda votar, ya es empezar mal. Los religiosos que no son presbíteros, como los Hermanos de la Salle o los Hermanos Maristas, van, ven, hablan y si les preguntan y no pueden votar, como tampoco los asesores, mujeres muchas de ellas.
Antes de exponer mis CINCO TEMORES, os resumo la anécdota que un día me contara el hoy Cardenal Estepa, en el Sínodo de la Catequesis , ultimo convocado por Pablo VI y en el que el fue Secretario en 1977 y al que asistieron Luciani, Ratzinger y Wojtyla como cardenales. Al acabar cada sesión, el arzobispo de Cracovia, iba a la mesa y dejaba por escrito sus intervenciones, propuestas y reflexiones.. Lo hacia de forma tozuda en la ultima semana. El secretario Estepa le decía que ya las tenia, que cada día llevaba las mismas. Wojtyla le decía con voz grave que no se fiaba que las aportaciones suyas llegaran al Papa, temiendo que se perdieran por el camino. Ya siendo Papa, tras el breve pontificado de Luciani, comenzó a preparar su Exhortación Apostólica sinodal. Llamo a monseñor Estepa y, socarronamente, le dijo que llevaba razón, que estaba en la mesa del papa, que no se habían perdido. Escribo la Cathequsiis Tradendae y de lo que los padres sinodales dijeron solo recogido un veinte por ciento. Todo lo demás eran esos papeles que el tema se perdieran.
Pues Francisco, tras un sínodo en dos sesiones, tras consultar al Pueblo de Dios, aun a sabiendas que en muchos lugares seria el obispo y sus vicarios quienes resolverían la encuesta, podría dar el valonado como Juan Pablo II hizo con las conclusiones del Sínodo de la catequesis.
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