Libertad de expresión sólo la necesita quien piensa libremente y no aquellos que repiten eslóganes vacíos
(Manuel Mandianes, antropólogo).- Los pueblos han celebrado fiestas con motivo de los solsticios pero no la fiesta del solsticio. Los celtas no celebraban ninguna fiesta en ese momento, los romanos celebraban el nacimiento de Mitra que los cristianismos sustituyeron por la Navidad.
La señora Colau para no ofender sensibilidades anula la celebración de la Navidad en Barcelona. Pero también tendría que suprimir, anular, prohibir, la celebración del día de la Constitución que celebra la libertad, el día de la Inmaculada, la Diada de Cataluña y otros fiestas.
Cuando los inmigrantes vinieron ya sabían que España, como cualquier país del mundo, celebra sus fiestas, como el pueblo de cada uno de ellos. ¿Habrán leído la Señora Colau y sus consejeros el Corán para saber lo que puede herir el sentimiento religioso de los islámicos?
Algunos políticos, entre ellos la Alcaldesa de Barcelona, ocultan hondos sufrimientos en su corazón por no poder remediar los problemas de todos los ciudadanos pero los problemas no se resuelven a base de sentimientos sino estudiándolos y tomando las medias oportunas.
Libertad de expresión sólo la necesita quien piensa libremente y no aquellos que repiten eslóganes vacíos y, además, en contra del sentido común, «el menos común de los sentidos» (Balmes dixit).
«El infierno está pavimentado de buenas intenciones», dice la sabiduría popular. «Los sentimientos son malos consejeros a la hora de resolver problemas», escribió Spinoza. Hay gente que pide libertad de expresión cuando lo que necesita son pastillas para la memoria y el conocimiento.
