Con el Padre Angel de Mensajeros de la Paz, hemos comenzado, como preparación a este año, la campaña de www.loscomprometidos.com una campaña para ir a las periferias y despertar conciencias, para recibir y dar la misericordia que recibimos de Dios
(Sor Lucía Caram).- El Papa Francisco ha convocado un año Santo, un año jubilar, lo que Jesús llamo «un año de gracia» en su discurso inaugural en la sinagoga de su pueblo, cuando leyó el texto del Profeta Isaías que decía: «El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha enviado a anunciar la buena noticia a los pobres, a abrir las prisiones injustas, a dar la vista a los ciegos, a liberar a los que estaban siendo oprimidos, y a anunciar un año de gracias».
Su palabra irrumpió con fuerza y marcó desde el inicio su misión. ¿Y qué es un año Jubilar, el año de gracia? Es un año de justicia. Es un año para poner los contadores a cero y volver a comenzar. Es un año para ser Buena Noticia para los pobres y para que la fe se traduzca en un compromiso. Un año para no juzgar, para no condenar, para perdonar, para dar.
En el año Jubilar, se perdonaban todas las deudas; se liberaba a los esclavos, se dejaba descansar la tierra para que ésta fuera más fecunda; era el año en el que los pobres sabían que todo era de todos y que cada uno tenía lo que necesitaba. Era el año en el que se ponía todo en común para que a nadie le faltara nada. Era el año en el que todo se equilibraba…
Cuando Juan Bautista estaba en prisión, le llegan noticias de Jesús. Su discurso y su vida, no le parecía acorde a la fe en el Dios justiciero y castigador que él predicaba, el Dios veterotestamentario. ¿Y qué le llegaba a Juan el Bautista de su primo Jesús? Que comía con los pecadores y que iba a sus casas, lo mismo que a las prostitutas; que se mezclaba con la gente, que curaba en sábado, que iba más allá de la religión, los preceptos y leyes y del culto vacío; que su pasión eran los pobres y que quería instaurar un nuevo orden que Él llamaba «el Reino». También que su primo Jesús, «se cargaba» el templo y que apelaba a la adoración en espíritu y en verdad, y no a la religión del cumplimiento,(del cumplo y miento)
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