La vida es un momento entre dos eternidades, escribió Platón. David, hoy ya sabes que es verdad lo que tantas veces hemos leído, orado, creído
(Euquerio Ferreras svd).- Acabo de regresar del funeral de David Antona svd, compañero del mismo día de nacimiento, de curso y de ordenación sacerdotal que falleció el 27 de agosto 2016 en Estella (Navarra). Hemos rezado por ti con tu familia, con tus fieles, con el provincial Macario y compañeros del Verbo Divino, con el arzobispo de Pamplona Francisco.
Pedro Arrupe que vivió la vida religiosa a tope decía: La muerte para un cristiano es el último «amén» de su vida y el primer «aleluya» de su vida nueva.
Arbeiza tu pueblo natal, Estella, Dueñas, Pamplona, Ecuador con tus sueños misioneros, Madrid, Sevilla de tus amores y entrega sacerdotales, y Villatuerta tu meta en tierra navarra.
Sacerdote y misionero te definen. El trabajo y la entrega siempre fueron compañeros tuyos al lado del maestro de Nazaret, Jesús.
¡Qué gran abrazo de amigo a amigo has dado y recibido en esta escalera que es la vida con los 72 peldaños vividos a tope!
Estabas acompañado por muchos fieles, compañeros svd, familia, por un ramillete con muchos frutos de Justicia y Paz, de la JOC, de otras muchas tareas que solo el Dios de la vida, sabe…
La vida es un momento entre dos eternidades, escribió Platón. David, hoy ya sabes que es verdad lo que tantas veces hemos leído, orado, creído, proclamado: YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA de Juan 11, 25 y que firma Jesús.
Por la fe recibida en tu familia navarra,
por tu sacerdocio ampliamente entregado,
por tu Verbo Divino,
descansa en paz
porque has dicho el último «amén» y el primer «aleluya
