Ramón Baltar

Otra música con la misma letra

"Fernández desacierta de plano al pretender que los científicos han resuelto el problema de la vida humana"

Otra música con la misma letra
Ramón Baltar

No se halla disculpa válida para la incoherencia de defender a ultranza al embrión, spes animantis, y desentenderse de la suerte del adulto por aquello del derecho de la comunidad a protegerse

(Ramón Baltar).- La Iglesia Católica entra en el debate público que agita en Argentina la iniciativa de despenalización legal del aborto con un artículo periodístico firmado por el arzobispo Fernández, teólogo asesor del Papa Bergoglio. La única novedad está en el modo desdramatizado de abordar el asunto, los contenidos saben a rancio.

Confiesa querer argumentar no con las claves de la religión, sino con las de la razón y los sentimientos. Va atinado en aconsejarse con la cabeza habida cuenta que los políticos no gobiernan para creyentes sino para ciudadanos y deben proteger bienes otros que los espirituales. Nada que oponer a la escucha del corazón, siempre que sus indicaciones se acrediten de intuiciones certeras y no prejuicios ideológicos embozados de sentimientos (de lo que es ejemplo el trato dado al caso de la mujer preñada por violación).

Pero hay un hecho que debilita la línea argumental, a saber: el Catecismo de la Iglesia evita condenar la pena de muerte. No se halla disculpa válida para la incoherencia de defender a ultranza al embrión, spes animantis, y desentenderse de la suerte del adulto por aquello del derecho de la comunidad a protegerse. Los moralistas áulicos erraron la vía al avalar una pena que supone condenar, no las conductas, sino la vida misma (que es de suyo inocente, salvo que se vea delito el haber nacido).

Desacierta de plano al pretender que los científicos han resuelto el problema al certificar que el embrión es ya individuo completo. En efecto, la ciencia es competente para aclarar cuándo comienza y termina la vida humana, pero estos hallazgos no bastan para decidir cómo ha de gestionar cada uno la suya o ponerle fin a sus días en la tierra. La ciencia es asistenta del hombre, no ama.

Para acreditarse ante la sociedad civil como defensora de la vida, tendría la ICAR que revisar su doctrina sobre la sexualidad y la condición femenina. No lo logrará mientras siga reduciendo el sexo a la supervivencia de la especie y la mujer al papel de hembra paridera.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

Lo más leído