Ramón Hernández

Audaz relectura del cristianismo (10)

La conciencia del universo engendra humildad

Audaz relectura del cristianismo (10)
Columnistas_Ramón Hernández

Los expertos todavía no han logrado escudriñar ni siquiera un cinco por cien de los contenidos del cosmos y de las leyes que lo rigen

(Ramón Hernández).- En artículos de divulgación científica sobre la inconmensurabilidad del cosmos se nos informa de dimensiones que nos dejan boquiabiertos. Los entendidos aseguran que el universo actual (no sabemos si habrá habido otros antes o seguirá habiéndolos cuando este se colapse) se inició hace unos quince mil millones de años con una gran explosión, conocida como el big bang, poderosa deflagración que desencadenó una descomunal fuerza expansiva y que sigue ensanchando el espacio a razón de trescientos mil kilómetros por segundo, la velocidad de la luz.

Hechos los cálculos pertinentes de tiempo por velocidad, sus dimensiones actuales sobrepasan, salvo error por mi parte, los ciento cuarenta mil millones de billones de kilómetros. ¡Asombroso!

Con todo, puede que lo más sorprendente sea saber que, moviéndose por encima de nosotros, hay una cantidad ingente de cuerpos celestes de distinta condición y magnitud. Los más avezados aseguran que hay miles de millones de galaxias, iguales o incluso superiores a nuestra Vía Láctea, galaxia de tipo medio cuya magnitud ya nos desborda por sí sola.

Somos poca cosa

De reducir hipotéticamente el cosmos entero a las dimensiones de la Tierra, nos encontraríamos con que nuestro gran planeta no alcanzaría ni siquiera las dimensiones de una cabeza de alfiler. Para detectar nuestra presencia en él se necesitaría, en ese supuesto, un potentísimo microscopio. Ante semejante perspectiva, resulta ridículo adorarse a sí mismo, entronizar el propio ego y creerse el ombligo del mundo. Una mirada serena al universo nos arranca de raíz la estupidez.

Los expertos, que poseen conocimientos muy superiores a los de la plebe curiosa, que somos la mayoría, dicen que, a pesar de lo muchísimo que ellos saben sobre galaxias, quásares y agujeros negros, todavía no han logrado escudriñar ni siquiera un cinco por cien de los contenidos del cosmos y de las leyes que lo rigen. Un cinco por cien no es como para echar las campanas al vuelo ni tirar cohetes, aunque seamos capaces de la admirable aventura de merodear por los alrededores de la estrella que nos sujeta, calienta y da vida.

Hermosa cura de humildad

En nuestra imaginación podemos dibujar miles de millones de planetas, muchos de ellos habitados por seres tan inteligentes o más que nosotros mismos.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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