El arzobispo Viganó es solamente una pequeña pieza del sistema que,desde hace ya algún tiempo, se ha puesto en movimiento para preparar un "post Francisco", que abra el camino a un papa más conservador que Bergoglio
(Tomás Muro Ugalde).- El fin de semana pasado el papa Francisco ha viajado a Irlanda con el gran peso del problema de la pederastia. El papa se mostró humilde, pidió perdón y trató de restaurar y restañar viejas heridas. Ha acudido como un buen Pastor
Curiosa y malévolamente, el que fuera nuncio en Washington, el italiano Carlo Maria Viganò, publicó esos mismos días un informe en contra de Francisco en el que le acusaba de encubridor de la pederastia cometida por el cardenal de Washington, Theodor McCarrick, apartado por Francisco del cardenalato. Además, Viganò, aludía a cuestiones de homosexualidad, etc.
El objetivo del dossier de Viganó, ex – nuncio en EEUU, es claro: que Bergoglio se vaya, renuncie, dimita, (no es momento de precisiones jurídicas). Es una petición brutal.
Pero no hay duda de que detrás o por debajo de Viganó, está una «cordada» de eclesiásticos (americanos y no americanos) de corte ultra tradicionalista, cuya intención de fondo es hacer que el papa Francisco dimita, que se vaya.
El arzobispo Viganó es solamente una pequeña pieza del sistema que,desde hace ya algún tiempo, se ha puesto en movimiento para preparar un «post Francisco», que abra el camino a un papa más conservador que Bergoglio.
Maniobras todas de una gran bajeza moral.
Nosotros, los cristianos de a pie, podemos hacer poco. Pero al menos, «podemos estar con Francisco», podemos vivir en lo que recibimos del Concilio Vaticano II y podemos orar por Francisco.
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