Intento desentrañar los porqués de tantos corazones humanos que ansían nuestro desarrollo de plástico y barato
(José Luis Pinilla, director del secretariado de Migraciones de la CEM).- Comencé de nuevo la visita a la frontera. Siempre me gusta empezar el camino en Tarifa lugar de primeras y de ultimas arribadas de muchos de los inmigrantes. Unos al comienzo de su peripecia vital en el Continente europeo y otros para que sus restos queden para siempre entre nosotros.
Comienzo con una oración, acompañado de Gabriel el Delegado Diocesano de Cadiz-Ceuta en el cementerio tarifeño, lugar donde la caridad y la justicia eclesial recogen los cuerpos de los inmigrante muertos en el Estrecho y que nadie reclama y nadie identifica.
Recordé también la oración que allí inició el Obispo de Cadiz hace meses cuando comenzábamos la peregrinación de las Dos orillas y la visita al Centro de Internamiento de Tarifa conversando con los internos -entre ellos algunos recién llegados en pateras a las costas de Cadiz-.
Me venia a la memoria aquello de Eduardo Galeano que llevo siempre escrito en un papel ya ajado por el tiempo, porque mi memoria ya falla: «El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed».
Esta vez es un sueño convertido en deseo entrañable lo que me impulsa a viajar al sur. Nuevamente con el corazón repartido en las dos orillas. Viaje entrañable no solo por lo afectivo, sino por el deseo de seguir rumiando y desentrañando los porqués de tantos corazones humanos que ansían nuestro desarrollo de plástico y barato, al que por otra parte también tienen derecho. ¡Pues claro ¡ Tienen derecho al menos a las migajas de pan que se caen de la mesa de un cierto bienestar que parece que es algo infinitamente mejor que el suyo.
Viaje a las entrañas de la migración que tanto nos toca las nuestras. No se trata solo de pensar, de denunciar, actúar, proponer , hacer, protestar, ayudar …..Se trata también, con modestia lo propongo, de dejarse tocar por las entrañas de aquellos que como decía D.Ciriaco Benavente «cuando la tarta del bienestar se achica, son los primeros que se quedan sin su trozo . Aquellos que precisamente deberían ocupar los primeros puestos en el banquete del Reino Porque son los más preferidos de Dios».
Le daba vueltas, en el viaje hacia el Sur, a las distintas propuestas que mucha gente de Iglesia hemos formulado casi de continuo ante distintas instituciones. No está demás empezar a recordarlas y brevemente a apuntarlas .El «viaje hacia el Sur» siempre es largo y da para mucho
1.- Hay que denunciar el recorte brutal en cooperación internacional. El VII Informe Foessa se hará eco de ello ¡ seguro¡ Sin asegurar el derecho a no emigrar todo lo demás es estéril.
2.- La reconsideración de los CIE y la búsqueda de alternativas. Una persona sin papeles por el hecho de estar así no debe ser encerrada en un régimen de tan extrema seguridad.
3.- Debe cuidarse la formación de las Fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado en multiculturalidad.
4.- Habría que impedir automatismos legales cuando concurren razones humanitarias o de arraigo en España. No se puede expulsar a un padre, dejando a los niños huérfanos, incluso en el caso de que el padre haya cumplido una condena o cometido un delito. El interés superior del menor debe ser un criterio hermenéutico para evitar las expulsiones automáticas.
Dejo de recordar y apuntar más propuestas. De las miles que me parecen evidentes en esta materia. He llegado a Tarifa. Ya habrá ocasión de seguir con ellas. Quizás las completaré esta noche.
Nuevamente Tánger
Divisando ya en el malecón algunos jóvenes, siempre jóvenes, como los que hace meses se intentaron esconder en los huecos de las hélices de un ferry parecido. Acogidos, Gabriel y yo, por la austera y alegre hospitalidad franciscana de Monseñor Agrelo y su comunidad de puertas abiertas.
Este Arzobispo que da forma a sus crecientes denuncias evangélicas con hechos concretos como la Creación de la Delegación de Migraciones en Tanger y Nador y apoyando a tope a sus Delegados, Innma Gala y Esteban Velazquez.
He compartido una cena junto a jovenes españoles. Éstos junto a otros muchos (cientos me dicen ) que están en la ciudad de Tanger en diversos campos de trabajo ayudando -y empapando también sus entrañas- a los niños y mujeres de la calle, a los discapacitados profundos, a los emigrantes en transito – a quienes tienes que acoger con un cierto disimulo para que la hospitalidad no tenga problemas legales…etc
Es decir ayudando a los descartados de este mundo, donde el «hospital de campaña de la Iglesia Samaritana» que ha impulsado el Papa Francisco se hace permanente realidad gracias a tantos hombres y mujeres buenos, de tantas instituciones religiosas y civiles que aqui dejan su vida constantemente.
Toda la mañana visitando obras y proyectos: los de la Cruz Blanca que cooordinados por el Hno Mikel, vasco de nacimiento, inmigrante de origen y de destino, atendiendo a los que nadie quiere: discapacitados profundos en el único centro de estas características que existe en todo Marruecos.
O a las mujeres abandonadas por su maridos que reciben la atención discreta ( ellás y sus recién nacidos) de las Monjas de Teresa de Calcuta. O la atención más albororotada y bulliciosa de los citados cientos de voluntarios españoles que pasan por aquí…y se protegen en las instituciones católicas que les amparan.
Esto es lo que más me llama la atención ahora tras distintas visitas por variados lugares de la emigración en el Norte de Marruecos: Se ha multiplicado el número de voluntarios que vienen a Tanger. Sin cobrar un céntimo. Y sin ser de agencias subvencionadas. Durante todas las épocas del año aprovechando cualquier resquicio temporal para desentrañar en la practica el ejercicio de la solidaridad y la misericordia…
Se hace de noche . Continúo apuntando más propuestas y preguntas que la memoria retiene y fija mientras en el minarete que se divisa desde mi ventana se oye la oración que canta el muecín al apagarse el ultimo soplo de luz,
5.- Hay que seguir ahondando en las razones jurídicas que tantos penalistas señalan como sinrazones para las expulsiones en caliente y su falta de garantías.
6.- ¿Por qué sigue la limitación (desobedecida en varias comunidades) de acceso a la salud por parte de personas sin papeles? Sería un deber descartar los recortes sanitarios con los primeros pasos de crecimiento económico que tanto se anuncian.
7.- Hay que revisar los protocolos tan restrictivos en materia de asilo y protección internacional. Voy hacia Ceuta y Melilla y me siguen sorprendiendo cifras tan bajas que podrían expresar la falta de protección jurídica a estas situaciones de tanta vulnerabilidad. De esto saben mucho hoy dia los que trabajan con emigrantes sirios de Ceuta ¿Por qué no aunar esfuerzos de tantas asociaciones y conseguir consensuar respuestas que protejan sobre todo a los menores y sus familias?. Mañana lo conversaré con gente interesada en el tema.
8.- ¿Por qué no un Plan Nacional para la incorporación social del inmigrante que englobase a varias agencias estatales y autonómicas? Sería la forma de dejar de ver el fenómeno como problema. Que este es el riesgo: Ver solo al emigrante como problema La iglesia no se cansa de advertirlo y de reconocer la gran riqueza que tiene para su identidad católica y para la sociedad en su conjunto.
La Iglesia lo propone y lo desea vivir siempre -a veces con torpezas- para que la sociedad a veces recelosa, lo capte: «Fuí extranjero y me acogisteis». Son los mil rostros de Cristo los que llaman a nuestras puertas. Puro y desnudo evangelio
He entrado en la capilla de los Franciscanos que nos acogen. Me quito las sandalias en una Iglesia católica en un territorio musulmán. Como Abrahan ante la zarza, me he descalzado los pies. Pero no sé por qué siento que lo que he descalzado ha sido el alma. Un buen comienzo para un viaje entrañable.