El Padre Ángel se complica la vida y la entrega, porque es un hombre de Dios
En la reciente celebración del Día de los Abuelos organizada por la ONG Mensajeros de la Paz en Cartagena, Murcia, el Padre Ángel García, fundador y presidente, entregó la paloma de la paz, emblema de Mensajeros, a José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena.
Monseñor Lorca Planes recibió la estatuilla que el Padre Ángel también regaló, en ocasiones anteriores, al papa Juan Pablo II y al papa Benedicto XVI, y en la que puede leerse el lema de Mensajeros de la Paz: «Sólo ante Dios, un niño y un anciano debemos ponernos de rodillas».
El Padre Ángel adelantó su intención de obsequiar una paloma similar al Papa Francisco, mientras que, por su parte, el obispo de Cartagena agradeció el gesto al sacerdote pronunciando estas palabras ante los abuelos y abuelas congregados en Murcia:
Discurso de Mons. José Manuel Lorca Planes en el Día de los Abuelos
«He venido aquí para deciros ‘gracias’. Gracias por vuestra vida sacrificada, por vuestra entrega, por vuestro gran corazón. Gracias, porque a vuestra familia le habéis entregado lo mejor de vuestra vida. Se nota en vuestros hijos y en vuestros nietos. Se les ve en la cara.
Cuando os presentéis ante Dios, todavía dentro de muchos años, el Señor os dirá «Qué bello es tu rostro». Porque en él sólo se ve el amor y el cariño.
Lo que quiero que recuerden es una imagen: la imagen del Padre Ángel. Porque es la imagen de la caridad.
En un mundo complejo, difícil, muy problemático en muchos ámbitos, en el que las noticias que tienen más protagonismo son las malas, las de violencia; el rostro del Padre Ángel es una noticia buena. Es un profeta de la caridad. Porque con Mensajeros de la Paz ha hecho grandes signos, no sólo en la sociedad de España, sino en el mundo entero.
Comenzó diciendo «hay esperanza», y esa esperanza la ha hecho realidad desde los chicos hasta los mayores. Al potenciar el reconocimiento de los mayores, el Padre Ángel se convierte en la imagen de la esperanza y de la caridad. Porque es un hombre de Dios y un hombre de fe.
Por eso se complica la vida y la entrega, por eso ha movido a tanta gente para que sean, como él, testigos de esperanza y de amor. Todos los que le siguen y todos los que trabajan con él lo son.
El Padre Ángel acaba de llegar de Gaza. Ustedes conocen el problema que hay en Gaza, el conflicto de los israelíes, los judíos, y la violencia contra los palestinos. El Padre Ángel, que ha cumplido ya 70 años, ha estado allí, viviendo esa violencia, con aquella gente. Y ha rescatado de aquel horror a unas cuantas personas, niños y adultos.
Quizás no ha solucionado el problema de la guerra, pero ha colaborado con un ladrillo a construir la paz. Por eso quiero felicitar y dar la enhorabuena al Padre Ángel, y recordaros a todos vosotros que todos podemos hacer algo para ser instrumentos de paz.»