Una mujer devadasi nunca puede negarse a los favores sexuales. Tampoco puede casarse
En el mes de septiembre, cuando nuestras vidas retoman poco a poco la rutina, ponemos el objetivo de la campaña LV, «Un mundo nuevo, proyecto común«, en siete distritos del estado indio de Karnataka, donde la normalidad para las mujeres llamadas devadasi es ser utilizadas como objetos sexuales, esclavas de la diosa Yallamma. Manos Unidas trabaja para que estas mujeres puedan abandonar una vida a la que fueron condenadas en la niñez.
Aunque pueda parecer mentira, en pleno siglo XXI en el estado indio de Karnataka pervive una tradición ancestral, cuyo origen histórico y raíces son difíciles de establecer, por la que algunas mujeres, niños y niñas de la casta más baja, se ofrecen a las diosas Yallamma o Hulgamma, para ayudar al sacerdote en las ofrendas a las diosas.
Las creencias y supersticiones, alimentadas por la pobreza y la ignorancia, llevan a muchas familias a hacer esta ofrenda a los templos para librarse de los males que les afectan. Los motivos son tantos como problemas pueda haber en unas comunidades castigadas por la miseria y sometidas al capricho de los más poderosos.
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