La Iglesia ha movilizado la respuesta y la formación de la comunidad con el fin de involucrar al clero y a los grupos parroquiales locales para que redoblen sus esfuerzos con el fin de detener la difusión de este virus letal
El papa Francisco envió al cardenal Peter Turkson a Sierra Leona y Liberia, los dos países más afectados por la epidemia de ébola, para apoyar a las organizaciones católicas que combaten «en primera fila» con las poblaciones afectadas.
El cardenal africano Turkson, proveniente de Ghana, presidente del Consejo pontificio Justicia y Paz, deberá partir el martes junto con un médico de Caritas Internationalis, Robert J. Vitillo, la organización humanitaria de la Iglesia católica.
Los religiosos y voluntarios de los países afectados deben hacer frente no sólo a los enfermos sino también a parientes y allegados, y en particular a los huérfanos, niños y adolescentes que han perdido sus padres por el virus.
«Los huérfanos por ébola son rechazados por las familias que no se han contagiado. Se trata de un grave problema social», explicó Robert Vitillo de Caritas Internationalis.
El peligro de contagio genera situaciones difíciles, entre ellas el rechazo a participar de ritos fúnebres, una tradición muy importante para esas poblaciones, agregó.
«También hay que ayudar a los religiosos y a los operadores a responder a las necesidades espirituales de aquellos que han contraído la enfermedad», aclaró el purpurado.’La Iglesia, comprendida la Caritas, las congregaciones religiosas y los otros organismos de inspiración católica, han estado en »primera línea» para ofrecer una respuesta al ébola», ha afirmado Vitillo.
»Además de ofrecer asistencia sanitaria para otras enfermedades y establecer severos procedimientos de control de las infecciones y áreas de screening, la Iglesia, para prevenir la transmisión del virus en ámbito sanitario, ha movilizado la respuesta y la formación de la comunidad con el fin de involucrar al clero y a los grupos parroquiales locales para que redoblen sus esfuerzos con el fin de detener la difusión de este virus letal».
»En diversas ocasiones – concluye el Presidente de Justicia y Paz- el Santo Padre ha manifestado su profunda preocupación por las personas afectadas por el ébola y por sus seres queridos. Espero expresar la solidaridad del Papa y la de toda la Iglesia».
Tras haber sembrado el pánico en África occidental en 2014 con más de 6.500 víctimas y preocupación en el resto del mundo, la epidemia del ébola podría desacelerarse en 2015 gracias a la movilización de la comunidad internacional.
Esa es la esperanza de un número creciente de especialistas y responsables sanitarios, que estiman que a partir de mediados del próximo año se llegará a un punto de inflexión, gracias sobre todo a la aplicación de medidas sanitarias sistemáticas, como el aislamiento del enfermo, y sucesivamente a nuevos medicamentos y vacunas.
(RD/Agencias)