En cuatro años Siria ha cambiado radicalmente. Hoy el 53% de su población vive en la extrema pobreza; más de 250.000 personas han muerto, de ellas más de 8.000 son niños y niñas
(Misiones Salesianas).- “Alimentos, medicinas, viviendas, ropa de abrigo, seguridad… en Siria se necesita de todo”, explican los misioneros salesianos que continúan trabajando en el país. En cuatro años de guerra la realidad siria ha cambiado por completo.
“Convivimos con el peligro en cada esquina. La población sigue siendo objetivo del fuego. Casi todo el mundo ha perdido a un familiar o amigo, muchos sus casas, en los patios de nuestros centros han caído bombas…” explica Munir El Rai, responsable salesiano de Medio Oriente.
Los misioneros salesianos en Siria continúan dando su apoyo a niños, niñas, jóvenes y familias desfavorecidas. “Distribuimos alimentos, damos ayudas económicas y becas… cientos de familias dependen de nosotros”, añade El Rai.
Los menores y los jóvenes son dos de los grupos más vulnerables. Por ello, los misioneros salesianos les dan especial atención ya que las secuelas de vivir la violencia y la guerra son difíciles de superar. Desde MISIONES SALESIANAS hemos lanzado la campaña Los Sueños de Siria, en la que niños, niñas y jóvenes nos cuentan cómo están viviendo la guerra.
Tala vive en Damasco y dice que “ya no puede ir a la escuela porque la han bombardeado. No vivo en mi casa porque quedó hecha escombros tras un ataque y he perdido a varios familiares”.
Marzouk dice que vive “con una sensación de miedo permanente, miedo a morir o a ser herida, miedo a por mi familia y amigos”. Alí recuerda a su padre que murió hace unos meses tras una explosión, Salim ha perdido a su primo, Bernard teme por la vida de su hermano que está en el Ejército…
En cuatro años Siria ha cambiado radicalmente. Hoy el 53% de su población vive en la extrema pobreza; más de 250.000 personas han muerto, de ellas más de 8.000 son niños y niñas; más de 670.000 niños y niñas no van a la escuela; tres millones de personas han dejado el país; 10 millones de sirios necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir…
“No obstante, los jóvenes, niños y niñas son los que nos dan el coraje y la fuerza para seguir”, añade El Rai. Muchos de ellos también tienen sueños y esperanzas. “Quiero que termine la guerra para poder tener una vida feliz. Cuando todo pase tenemos que construir una verdadera reconciliación y acabar con el hambre y la pobreza”, explica Anna. Lin, cuando acabe la guerra, quiere “construir una Siria mejor, un país avanzado. No quiero vivir en un país ignorante y analfabeto”.
Desde MISIONES SALESIANAS trabajamos para que los sueños de los niños, niñas y jóvenes sirios puedan hacerse realidad en un futuro cercano y pedimos a la comunidad internacional ayuda para paliar el sufrimiento de la población siria.