Juan del Río: Mensajeros de la Paz, al celebrar con entusiasmo "El día de los abuelos", realiza una acción profética y solidaria
(RV/RD).- En ocasión de la fiesta de Santa Ana y de San Joaquín, el Papa Francisco envía un mensaje a todos los participantes y los organizadores de la fiesta de los abuelos, a través de la Nunciatura Apostólica en España, donde les invita a «reafirmar su fe en la cercanía del Señor». También se suman a la fiesta el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el arzobispo castrense, Juan del Río, entre otros.
El Santo Padre recuerda, en el mensaje firmado por Mons. Santiago de Wit Guzmán, que el Señor «no les abandona en situación alguna, y en la convicción de que aún pueden aportar, con el influjo de sus sabías palabras y entrañables gestos, en la vida y el crecimiento de los miembros de sus propias familias, a nivel profundamente humano, espiritual y de fe». Y en este sentido el Papa desea reafirmar el propósito de las personas que atienden y cuidan a los mayores «con la alegre satisfacción de que, al cuidarles con amor, están colaborando al bien común de la sociedad».
El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, escribe también un mensaje en ocasión del «Día de los abuelos», y de la celebración que organiza Mensajeros de la Paz, una fiesta itinerante que cada año se celebra en una ciudad y en esta ocasión tiene lugar en Madrid. «El Día de los Abuelos es una fiesta de profunda raíz familiar, sin olvidar la dimensión social e institucional que ella tiene también en nuestro mundo de hoy. ¿Quién no recuerda y siente un cariño especial por los abuelos? ¡Cuántas cosas buenas nos enseñaron!», escribe el arzobispo de la capital española.
Así mismo, Mons. Juan del Río Martín, arzobispo Castrense de España, escribe un mensaje titulado «Los mayores son nuestro tesoro», donde explica que la Fundación Mensajeros de la Paz, al celebrar con entusiasmo «El día de los abuelos», realiza una acción profética y solidaria, porque nos recuerda a todos lo que dice el libro del Eclesiástico: «El que respeta a su padre tendrá larga vida, el que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones, mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abandones » (3,7ss).
Desde hace 16 años Mensajeros de la Paz promueve la celebración del DIA DE LOS ABUELOS cada 26 de julio coincidiendo con la festividad de San Joaquín y Santa Ana; padres de la Virgen, y por tanto, abuelos del Niño Jesús. El objetivo principal de esta iniciativa es que toda la sociedad rinda un merecido homenaje a esos hombres y mujeres que tanto nos han dado, sensibilizar respecto a la figura de los abuelos para que se les valore y que reciban el cariño y el respeto de su entorno, a la vez que hacer una llamada de atención sobre las necesidades y carencias de la población mayor.
Por ello es importante extender esta celebración en los diversos entornos: familias, centros de mayores, municipios, etc. Igualmente numerosas diócesis, parroquias e instituciones civiles y religiosas se viene sumando cada año a la iniciativa del Día de los Abuelos preparando Cartas Pastorales, Celebraciones Eucarísticas, y diversos actos dedicados a los mayores de la familia.
Mensajeros de la Paz ha preparado para el próximo domingo 26 de julio una Misa dedicada a todos los abuelos de España que tendrá lugar en la Iglesia de San Antón (c/ Hortaleza, 63), y que estará presidida por el Obispo Emérito de Segovia, Don Luis Gutiérrez Martín, y concelebrada por el Padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz, y por varios sacerdotes que también son abuelos. Al finalizar la Misa se leerá la bendición Apostólica enviada por el Papa Francisco, especialmente para esta celebración.
La Asociación Edad Dorada-Mensajeros de la Paz, la parte de la ONG que se ocupa del cuidado y mejora de la calidad de vida de personas mayores. La Asociación atiende 120 residencias y centros de mayores en toda España y en todas ellas están programados actos especiales para este Día de los Abuelos.
Bendición de Su Santidad
Con ocasión de la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, saluda muy cordialmente a los organizadores y participantes en el ya tradicional encuentro del «Día de los Abuelos», que tiene como fin reconocer a los mayores con profundo afecto y gratitud.
En esta feliz ocasión, el Papa invita a los ancianos a reafirmar su fe en la cercanía del Señor, que no les abandona en situación alguna, y en la convicción de que aún pueden aportar, con el influjo de sus sabias palabras y entrañables gestos, en la vida y el crecimiento de los miembros de sus propias familias, a nivel profundamente humano, espiritual y de fe. Asimismo el Santo Padre desea reafirmar los propósitos de cuantos les atienden, con la alegre satisfacción de que, al cuidarles con amor, están colaborando al bien común de la sociedad.
Con estos sentimientos, el Papa Francisco ruega a todos que recen por él y por los frutos de su servicio al pueblo de Dios, e invocando la protección de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Bienaventurada Virgen María, les imparte de corazón la implorada
Texto íntegro del mensaje de monseñor Carlos Osoro
DÍA DE LOS ABUELOS
Desde hace algunos años, Mensajeros de la Paz, viene impulsando la celebración del «Día de los Abuelos». Esta bella iniciativa tiene su momento celebrativo el 26 de julio, festividad de san Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María y, por tanto, abuelos de Jesús. Una fiesta itinerante, que cada año se celebra en una ciudad distinta y, que este año tendrá lugar en Madrid.
El Día de los Abuelos es una fiesta de profunda raíz familiar, sin olvidar la dimensión social e institucional que ella tiene también en nuestro mundo de hoy. ¿Quién no recuerda y siente un cariño especial por los abuelos? ¡Cuántas cosas buenas nos enseñaron!
Con este motivo, os invito a todos a recordar la importancia de nuestros abuelos, la gratitud que les debemos, el protagonismo que deben tener dentro de la familia y de la sociedad. Ellos educaron a sus hijos en situaciones de mucho sacrificio y dificultades. Les regalaron los valores que hacen sólidas las relaciones fraternas. Crearon la convivencia alegre y cordial en la familia, y animaron en la sociedad el amor, la solidaridad y la entrega desinteresada. Nuestra fe cristiana se fraguó en el fuego y hogar de nuestros abuelos. Y siguen siendo para los más pequeños una referencia de vida, de sabiduría, de esperanza y, de acogida y encuentro.
Os invito a celebrar esta fiesta y manifestar nuestra gratitud y afecto por todo lo que ellos han hecho por nosotros, desde el don de la vida hasta el regalo de la fe, y por todo lo que significan para nosotros. Entre otras cosas:
1. Vosotros los abuelos, sois nuestras raíces’, «nuestra roca» (Mt, 7, 24) sobre la que se edificó nuestro hogar y nuestra familia. Las dificultades no pudieron con sus cimientos y se mantienen firme en el tiempo esas raíces.
2. Los abuelos sois entronque de generaciones y enlace entre las mismas. Sabéis acoger, suavizar, complementar y entrelazar a mayores y pequeños.
3. Vosotros regaláis los mejores dones que habéis recibido: el amor y la sabiduría de la experiencia.
4. Mostráis con esa experiencia de la vida, aquello por lo que merece la pena vivir. Lo esencial de toda vida humana que conduce a la felicidad y a la plenitud.
5. Y en definitiva, los abuelos sois puerta abierta para todos. Sois facilitadores del encuentro entre los hombres, en nuestro mundo de hoy.
Os propongo algo muy importante: que superando el miedo, pongáis la confianza de vuestra vida y de la historia de esta humanidad en manos de Dios. El Dios que es bondad, es amor, es fidelidad, es encuentro, es fraternidad, es comunión, es horizonte. El Dios que nos da salida, que no nos deja andar a tientas, que es para nosotros luz. Hemos sido llamados para vivir en una confianza absoluta en Dios. Porque nos ama. Esto nos lo habéis enseñado vosotros.
Queridos abuelos: La Iglesia os mira con amor, gratitud y confianza. Agradece vuestro testimonio y os necesita para anunciar a Jesucristo. Os acompaña con su oración y confía vuestros gozos y esperanzas, y los de vuestras familias a San Joaquín y Santa Ana.
Con gran afecto, os bendice,
+ Carlos, Arzobispo de Madrid
Texto íntegro del mensaje del arzobispo castrense Juan del Río
LOS MAYORES SON NUESTRO TESORO
En plena canícula veraniega tenemos la fiesta de san Joaquín y de santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de nuestro Señor Jesucristo. Seguro que el Hijo de Dios Encarnado aprendería muchas cosas de sus mayores, como sucede cuando nosotros estamos abiertos a esa sabiduría que encierra el corazón de nuestros progenitores.
San Juan Pablo II, cuando ya no era el Papa deportista y las fuerzas físicas le flaqueaban, escribió una preciosa «Carta a los ancianos», para reivindicar la valoración y dignidad de las personas mayores, como testigos de una época y depositarios de la memoria colectiva. Comienza diciendo: «He sentido el deseo, siendo yo también anciano, de ponerme en diálogo con vosotros. Lo hago, ante todo, dando gracias a Dios(…) A Él me dirijo con el Salmista: «Dios mío, me has instruido desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. Ahora, en la vejez y las canas, no me abandones, Dios mío». El Papa, como cualquier ser humano, reconocía en el «otoño de su vida» todos los dones que había recibido del Señor, implorando que en aquella etapa de su existencia que no le faltase la ayuda de Dios. Así lo pudimos comprobar todos antes de fallecer. El testimonio en sus años longevos, fueron un caudal de humanidad y entrega cristiana a la misión encomendada.
En esta sociedad, donde el culto se dirige a todo lo joven y bello, nuestros mayores no tienen mucho lugar en algunos hogares de sus hijos. Se esgrimen no pocas razones para ello, unas son comprensibles y correctas, pero otras tantas no están libres del individualismo feroz que domina la actual cultura. Y, sin embargo, los ancianos no son sólo sujetos que reciben sus pensiones y pueden ejercer el voto. Son, más bien, un tesoro especialísimo, porque enseñan a las nuevas generaciones «la sabiduría de la vida», base imprescindible de una convivencia más tolerante y humana.
Dios siempre ha mostrado una consideración especial con las personas de edad avanzada, como puede verse en los casos de Abrahán, Sara, Moisés, Tobías, Eleazar, Isabel y Zacarías, Simeón o Ana. También hoy, a vosotros queridos abuelos, a pesar de los achaques y soledades, el Señor os sigue queriendo muchísimo.
La Fundación Mensajeros de la Paz, al celebrar con entusiasmo «El día de los abuelos», realiza una acción profética y solidaria, porque nos recuerda a todos lo que dice el libro del Eclesiástico: «El que respeta a su padre tendrá larga vida, el que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones, mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abandones «(3,7ss).
+ Juan del Río Martín
Arzobispo Castrense de España