Allí la educación es en equipo, integral y liberadora
(Nicolás Castellanos).- Acabo de celebrar en la región quechua de Bolivia, la fiesta del TATA PUKARA, en el internado de Pitantorilla, a 22 km. de Sucre. Fiesta de acción de gracia a la Pachamama, la Madre Tierra y al Señor por las bendiciones derramadas durante el año. Celebramos la abundancia y la fecundidad de la tierra. Levantamos el arco de la abundancia, que protege la gran casa, el internado CECAJOC-PITANTORILLA. Sentimos al Señor de la vida en abundancia y la fuerza de la Pachamama, la Madre Tierra.
Un hombre visionario Luis Redondo, trinitario, descubrió este rincón maravilloso de un ecosistema de belleza excepcional, y en la casa colonial del S XVII, de José Mariano Serrano, prócer de la patria, que redactó el acta de la Independencia (6 de agosto de 1825), aquí plantó un internado para la formación integral de jóvenes campesinos, de comunidades alejadas y de otros lugares del departamento de Sucre.
Las instalaciones ampliadas, en consonancia con la casa solariega y con el paisaje del entorno, son dignas, funcionales, acogedoras, ofreciendo todos los medios para una educación integral, como dice el mismo nombre CECAJOC, «Centro de Capacitación de Jóvenes Campesinos».
Se cuida y se practica una dirección educativa personalizada y un acompañamiento pedagógico por personas vocacionadas y capacitadas, que trabajan y educan en equipo: el doctor Milton Cruz, trinitario, Omar… (pongo algún nombre más o no pongo nombres).
Me llegó la noticia de que en el Ayllu de Quila Quila, el Estado Plurinacional había construido un internado completo, con instalaciones amplias, funcionales y adecuadas para que los jóvenes quechuas tengan un espacio apropiado para crecer con una educación integral.
En Sucre, visité el internado de Santa Clotilde dirigido por las hermanas de Santa Ana. Funciona en un edificio colonial, bien cuidado y conservado, por las Hermanas. Y donde me consta que la educación tanto de ayer como de hoy a las adolescentes huérfanas es excelente.
Tres obras sociales: en dos de ellas la Iglesia cumple una misión evangelizadora y social fundamentales, uniendo fuerzas con las Instituciones del Estado.
En estos tres internados el mensaje de Francisco en Bolivia de las tres T: Techo, trabajo y tierra ya es una realidad humana, educativa, transformadora y liberadora.