España es el segundo país en aportaciones, tras Estados Unidos. El total aportado a Obras Misionales Pontificias a nivel mundial alcanzó los 150 millones de euros
(Jesús Bastante).- Son la avanzadilla de la Iglesia de la Misericordia, los ojos, las manos y el corazón de Cristo en los más descartados. Son misioneros y misioneras, «cauces de la misericordia de Dios», según se autodefinió el jesuita Carlos Gómez-Vírseda, médico y misionero en Chad. Este joven y Antonia Valverde, hermana del Amor de Dios en Cuba, presentaron este mediodía, junto a Anastasio Gil, la Jornada Mundial del Domund, que se celebra el 18 de octubre. Con un lema muy franciscano: «Misioneros de la Misericordia».
13.000 misioneros españoles trabajan en algunos de los 1109 territorios de misión, «el 38% de los lugares de la Iglesia», según relató el director nacional de OMP, quien destacó que un 1,05% son obispos, un 34,70 sacerdotes, el 6,94 religiosos (no sacerdotes), un 8,30% de laicos y casi la mitad, el 49,01%, religiosas. Hay misioneros españoles en 140 países.
Siete de cada diez misioneros españoles trabajan en el continente americano. Un centenar de obispos misioneros españoles han sido ordenados en misión, según los datos rescatados por la organización. El año pasado, los españoles enviaron a las misiones 13,1 millones de euros para el Domund (un 10,13% más que el curso anterior). «Bastante más que en Irán, donde el año pasado se recaudaron 36 euros», recordó Anastasio Gil, a modo de anécdota. España es el segundo país en aportaciones, tras Estados Unidos. El total aportado a Obras Misionales Pontificias a nivel mundial alcanzó los 150 millones de euros
El grueso de la recaudación procede de las parroquias. ¿A qué se dedica esto? «Fundamentalmente a tres campos -resaltó Gil-. Así un 35% se distribuye equitativamente entre los territorios de misión, para atender a lo ordinario; con el otro 55% se estudian los proyectos extraordinarios; y el 10% restante, va a situaciones de emergencia».
«Quitémonos la boina», resaltó el director nacional de OMP hablando del relevo generacional. Más del 40% tienen más de 70 años. «¿Esto significa que la misión se va a terminar? Nada de eso. Los mayores son el punto de referencia de fidelidad». Muchos otros están «en el relevo». De España salieron en 2014 120 misioneros españoles jóvenes. De cara al futuro, «hacemos lo que hay que hacer: sembrar, y Dios recogerá en el futuro».
Antonia Valverde, hermana del Amor de Dios en Cuba, y una de las protagonistas del cartel de este año, lleva más de nueve años en la isla. Murciana de 44 años, ha sido misionera en Honduras -tras el huracán Mitch- y en México -en una zona de gran violencia por el narcotráfico-. Desde 2006 trabaja en Ranchuelo, diócesis de Santa Clara (Cuba). Actualmente combina el trabajo pastoral en 16 «casas de misión» -muchas de ellas en terrenos poco accesibles-, con el asistencial, a través de del acompañamiento a las familias más pobres y de proyectos con la infancia, tales como el reparto de medicamentos.
«Acuden a nosotros muchas personas, que necesitan ayuda. Los que no tienen familia son nuestra familia. Somos tres hermanas y una postulante», señaló en rueda de prensa, donde lamentó la falta de medicinas y de ayuda: «Tenemos muy pocos recursos, por el bloqueo, pero tratamos de poner amor donde el Señor nos pone».
Por su parte, Carlos Gómez-Vírseda relató su experiencia en el proyecto «El Buen Samaritano», que cuenta con un hospital rural, y otro en la capital con «una facultad entre comillas» de Medicina y Enfermería, además de una red de pequeños centros de salud». Allí estudian desde hijos de ministros a chicos «que nos pagan con un saco de mijo al año«.
«El proyecto es un orgullo: son chicos, musulmanes y cristianos sin distinción (el 60% de la población profesa el Islam), hombres y mujeres. Teníamos hijos de ministros y chicos que pagaban su escolaridad con un saco de mijo al año». La estrategia es similar a la de la popular serie Doctor en Alaska: «Los chicos se comprometen a hacer sus primeros años como residentes en el Buen Samaritano. Dar gratis lo que gratis han recibido».
Carlos se definió como «médico y maestro, que son las dos cosas que he visto hacer a Jesús, a Cristo curando y siendo maestro». El jesuita recordó «mil historias, que al principio te sobrepasan». «La enfermedad allí te sobrepasa, sanar a veces no puedes, pero siempre cuidar y acompañar -desveló-. Para mí ha sido un paso de la enfermedad al paciente, y del paciente al hermano».
«No soy un héroe, aunque a veces he podido ser cauce de misericordia. Pero otras veces no. Saber que Dios está ahí trabajando y queriendo mucho antes de que yo llegue, y después de que me vaya… a mí me coloca en mi lugar», culminó.
De cara a la jornada OMP ha lanzado el hastag #YoSoyDomund.
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