rrupe estaba convencido de que el trabajo en los campos de refugiados iba a ser una ocasión de conversión y de transformación de la Compañía de Jesús. Si hoy hablas con cualquier jesuita joven es raro que no haya ningún contacto con el SJR
(Jesús Bastante).- Daniel Villanueva, sj., es un joven jesuita, director general de Entreculturas España y uno de los máximos responsables de los procesos en red de la Compañía en nuestro país y el mundo, y de los desafíos a afrontar en materia educativa, migratoria y de construcción de un mundo más justo. Convencido de la necesidad de reivindicar la figura de Arrupe, acaba de participar en un encuentro en Loyola para abordar el papel de la Compañía en el sector social, y de encontrarse con el Papa Francisco.
Habéis estado reunidos muchos expertos jesuitas en el Loyola la semana pasada para bordar una serie de cuestiones , ¿qué se saca en claro de esas reuniones? Los compañía es la congregación masculina más grande del mundo, con presencia en muchos países y supongo que cada jesuita de cada lugar es un poco de su padre y de su madre. ¿Cómo se llega ese diálogo?
Yo creo el foco de la reunión ha sido justo hablar sobre el trabajo en red internacional para la justicia. Las redes globales de la Compañía de Jesús dentro del sector social. Fuimos unas 60 personas del mundo entero. Jesuitas laicos y laicas, representantes de las distintas redes que ahora mismo están activas a nivel internacional. ¿Qué se saca? La compañía es experta en lo local, en eso estamos a gusto y estamos desarrollando una labor preciosa.
Es la congregación más global que hay dentro de la Iglesia
Por eso, desde hace 40 años que estamos reflexionando sobre el concepto de la cooperación internacional. Muy movidos por los retos, en este caso del sector social, muy difíciles de abordar por separado. El principal movimiento en esta dirección ha sido el padre Arrupe, que en el año 80 decide fundar el Servicio Jesuita a Refugiados ante la intuición de que imposible responder a la crisis de los boat people de Vietnam solamente con el trabajo social de las provincias jesuitas por separado.
Parece mentira que intuyera algo como lo que está pasando en estos meses
Era una crisis muy similar a la que estamos viviendo ahora en Europa. Él vuelve de su visita a Asia del Pacífico con esta sensación de cómo podemos ayudar como comunidad internacional a esta situación y dándose cuenta de que la Compañía de Jesús tenía muchas de los ingredientes básicos: instituciones a todos los niveles, en el terreno atendiendo refugiados, universidades pudiendo hacer reflexión, incluso casas de publicación, editoriales, pudiendo difundir en medios de comunicación, centros sociales… En ese sentido la respuesta compleja que requería el problema podíamos abordarla desde los distintos ámbitos y luego estábamos presentes en más de 120 países, con lo que eso supone de posibilidades. Entonces manda un fax en el año 79 a todos los provinciales diciéndoles «tenemos que hacer algo» y la respuesta fue tan brutal que el mismo Arrupe quedó sorprendido y es cuando decide que a este problema podemos responder en conjunto.
Él estaba, yo creo también, obsesionado por recuperar el dinamismo apostólico inicial de los primeros compañeros, y consideró que los refugiados era un reto a la altura de la Compañía y funda en el año 80 el J.R.S., que sin duda alguna es la institución más global que tenemos en este momento en el sector social.
Y no sólo la Compañía, hoy en día no se podrían entender posibles soluciones a cuestiones sobre los refugiados sin contar con el J.R.S.
Somos una agencia modesta en el mundo de lo humanitario, pero es verdad que SJR es conocido por su modo de presencia, Arrupe estaba convencido de que teníamos que estar en los campos. Cuando el JRS empieza a elaborar su propia presencia y empieza a haber más complejidad en las propuestas misionales, insistían, no sólo Arrupe sino Kolvenbach: haced si queréis incidencia mundial, estrategias de comunicación, pero sin salir de los campos.
Arrupe estaba convencido de que el trabajo en los campos de refugiados iba a ser una ocasión de conversión y de transformación de la Compañía de Jesús. Y creo que ha sido así, si hoy hablas con cualquier jesuita joven es raro que no haya ningún contacto con el SJR en alguno de los momentos de formación, y somos muchos los que debemos nuestra vocación justo a esa intuición de Arrupe y a al tipo de presencia que supone el acompañamiento, el servicio y la defensa de los refugiados como motivo básico de acción.
¿Se logra aglutinar distintas voluntades en las universidades en los centro de estudio, sobre el terreno?
La Compañía de Jesús es una congregación totalmente enfocada a la misión en la medida que estamos logrando que las propuestas complejas de acción sean de verdad propuestas para la misión normalmente hay una sinergía fácil y una confluencia de intereses fuertes. La clave de estas redes está siendo elegir un foco misional que realmente enganche con las motivaciones de todas las instituciones a los distintos niveles. Por eso desde el año 2008 organizamos Entreculturas con el secretario de Justicia social un encuentro del que nacen algunas de estas redes y ahí hay un discernimiento en el que decidimos cuáles son los temas en el sector social en el que la compañía podría responder como un cuerpo global en el que pudiéramos tener un impacto público mayor del que tenemos por separado. Y salen cinco redes de la que la primera es migrantes y refugiados, que ya venía en nuestra historia, la segunda tiene mucho que ver con Fe y Alegría que es la otra gran red de instituciones que trabaja también básicamente en la defensa al derecho de educación. La tercera red que sale en 2008 es la relacionada con la Gobernanza y los Recursos Naturales muy vinculada al problema de empresas extractivas y su vinculación con origen de guerras en las que queríamos también tener impacto y en que hacía falta la cobertura de una comisión, la cuarta es Ecología y Sostenibilidad, una red que nos permitiera hacer una reflexión más honda sobre el cuidado de la creación y nuestra relación con la Tierra y la última tendría que ver con Derechos Humanos y Construcción de Paz.
Con esos cinco puntos el Papa puede hacer perfectamente Laudato si
Para nosotros la llegada de Francisco ha sido un aire fresco tremendo, porque de golpe hay una propuesta desde el Vaticano en la línea con muchos de los trabajos que llevábamos realizando desde hacía años.
Es probablemente el primer personaje global, en el mundo global, que mira los problemas desde distintas ópticas para buscar soluciones efectivas, que es lo que deberíamos hacer todos los que nos dedicamos a intentar crear un mundo algo más justo que a veces estamos en nuestra trincherita
En Francisco pesa mucha mucho la Contemplación de la Encarnación de San Ignacio. Yo siempre he defendido que en la contemplación de nuestra espiritualidad de la Compañía de Jesús hay unas intuiciones globales desde el minuto uno. Creo que en los ejercicios de san Ignacio la Contemplación de la Encarnación él ya plantea al ejercitante mirar con la trinidad al mundo en su planicie o redondez pero de una manera enormemente nueva, el planteamiento de ver el mundo en su conjunto con las tristezas, las alegrías, los distintos momentos vitales. ese es el mundo al que el padre envía al hijo para que haga una misión de redención.
Eso está en el marco de cualquier jesuita cuando mira al mundo. Es evidente que está en Francisco el jesuita como el enviado al mundo visto en su totalidad, o la idea de ir allá donde más hace falta por mayor gloria de dios o el mismo cuarto voto de los jesuitas, que en el fondo viene a ser una obediencia al Papa en torno a la misión que tiene un punto muy importante de vinculación con el obispo de la Iglesia Universal, que en el fondo es que queremos estar en local pero no podemos perder de vista que hay una dimensión de la misión de la Iglesia que tiene un punto de universalidad al que también hay que atender y en que la compañía se ha ido especializando a lo largo de los años. Especialmente en estos últimos cuarenta años, yo diría casi desde la congregación general XXXI que es donde comenzaría a fraguarse lo que hoy llamaríamos la misión corporativa de la Compañía de Jesús.
Una pregunta difícil, pero supongo que habéis reflexionado sobre qué posibles soluciones el drama actual en las fronteras de la vieja Europa con tantas decenas de miles de refugiados, el impacto que pueden tener algunas opiniones de (no las vamos a definir) si refugiados, delincuentes, yihadistas, etc
Sería pretencioso decir que tenemos una solución, lo que sí tenemos claro es que cualquier aproximación a este tipo de problema, tiene que ser múltiple, compleja y desde distintos ángulos , distintos cuerpos y distintas agencias. En este sentido, para nada tenemos la sensación del ser actor que va a venir con la solución.
Lo que sí creo es que la Compañía con su experiencia de trabajo con refugiados los últimos 35 años, Tenemos claro que tiene que ser una respuesta integral. Desde el comienzo, la propuesta que estamos haciendo en España de respuesta a esta crisis la llamamos Campaña por la Hospitalidad. Venimos a decir que la solución pasa por unos valores de acogida e inclusión en nuestra sociedad. Pasa también por un acompañamiento, una asesoría y un seguimiento de los refugiados en Europa y por un trabajo de acompañamiento y trabajo con los desplazados en Siria y en los alrededores del foco de la crisis y esos tres niveles de acción, digamos sociedad española, acogida, Europa, más de acompañamiento a refugiados, y acompañamiento en origen, sería parte de la propuesta que estamos haciendo.
Estamos lanzando una campaña que es hospitalidad.es en la que por vez primera, la Compañía de Jesús en su conjunto hace una propuesta integral.
La semana pasada se presenten un documento que también era la primera vez que todas las entidades de la Compañía se ponían de acuerdo ante la crisis.
Ha habido más, lo que pasa es que ahora son mucho más sonoros porque lo que hacemos a nivel internacional nos está pasando a nivel micro en España. Por primera vez nuestra propia estructura nos está forzando trabajar en conjunto y creo que sin duda va a enriquecer mucho las propuestas apostólicas de la Compañía.
Decías que estáis celebrando los treinta y cinco años, os recibió el Papa hace poco estuvisteis allí con él. ¿Qué os dijo?
El 14 de noviembre es una fecha muy importante para los jesuitas, es el día de nacimiento de Arrupe, también es el aniversario de la creación de SRJ, y la semana pasad cumplimos 35 años.
Como parte de unos eventos mayores, porque eran dos días de trabajo, el evento más importante en Roma era que nos recibía el Santo Padre.Fue un momento precioso, Francisco se dirigió al grupo de representación del SRJ que estábamos allí, y también había con nosotros 15 refugiados, lo cual tenía un punto muy bonito simbólico y de testimonio. Para Francisco, desde el comienzo cuando se dirige a la compañía siempre ha destacado el trabajo con migrantes y refugiados. Para él es un tema en el que la Compañía ha de continuar y ser pionera, una forma de ser de Iglesia como hospital de campaña. Él vino a recuperar todas estas líneas de trabajo. La importancia de la acogida y del trabajo con el extranjero y los refugiados en la historia de la Iglesia. Muy en la perspectiva de ser el canto del cisne de Arrupe y la herencia que nos dejó a la Compañía y a la Iglesia. Fue enormemente cariñoso, se le notaba que hablaba de un tema que le toca personalmente. Creo que tiene un afecto especial por esta obra apostólica. Y lo mejor es que luego pudimos saludarle todos y también tuve el momento de hablar con él sobre Fe y Alegría. Dirijo Entreculturas aquí en España, que es Fe y Alegría España. Somos parte de la Federación Internacional. Y él conoce muy bien Fe y Alegría en Argentina. En cuanto me acerqué lo primero que la dije fue: Santo Padre, somos de Fe y Alegría España, estamos entusiasmados con su ejemplo y con su liderazgo. Y enseguida se le alegró la cara y reaccionó preciosamente, como de reconociendo Fe y Alegría como parte del corazón de la misión que compartimos. Y me dijo: «adelante, adelante, sigan adelante» Es el mejor mensaje que me he traído de Roma,
¿Os lo pone fácil el Papa, siendo jesuita? La impresión que da es de ser un hombre cercano, más sentimental, en el sentido de que hace suyos los dolores y las esperanzas de un mundo que sufre y también lucha.
Yo creo que no nos lo está poniendo fácil por ser jesuitas nosotros o él. Lo que sí creo es que hay una sintonía evidente. Y eso sí que ayuda. Lo noto muchísimo en mi entorno, en mi ministerio, en todas las dimensiones. De hecho el Papa, de golpe, ha logrado acceder a un nivel de alcance que yo no había visto, al menos desde hace cuarenta años.
¿Esa sensación la tenéis vosotros? Es una persona a la que se la entiende sin demasiada mediación, es cercano. personas con las que no hablabas de religiones, porque no se podía. No son tan refractarias a la hora de hablar de él.
Hay gente que dice que está volviendo a acercarse a la Iglesia gracias a los mensajes que recibe de este Papa y para nosotros es un lugar común, cuando te presentas como jesuita, la referencia de todo el mundo es, «como el Papa»
Es una puerta abierta pero también es una responsabilidad
Es un respaldo a la línea de trabajo de los últimos años y con Francisco estamos sintiéndonos como en casa.
Háblanos un poco de trabajo en Entreculturas con Fe y Alegría
Es una obra muy única en el mundo de la Compañía de Jesus. Viene a ser un poco una evolución profesionalizada de lo que era una oficina de misiones antes. Somos como la obra de cooperación de la Compañía de Jesús en España, junto con Alboan que es otra obra pequeñita que está en el Pais Vasco y Navarra, y juntos somos el área de la cooperación internacional de la Compañía. Nosotros lo que hacemos es generar puentes, construir vínculos. Somos expertos en construir esa vinculación entre la realidad educativa en España y la realidad educativa en la fronteras de nuestra misión.
Nuestro aporte básico es que somos una png de cooperación centrada en educación. Creemos que la educación es el instrumento por excelencia y que siguiendo la inspiración del fundador de Fe y Alegría, el padre Vélaz, creemos que la mejor contribución al desarrollo de un país es elevar la calidad de la educación pública y ese es básicamente nuestro trabajo, en cooperaciones. Trabajar a través de las red de instituciones de la Compañía de Jesús en el mundo. Básicamente en Latino América y en África promoviendo proyectos educativos, ya sea con refugiados urbanos en las ciudades, ya sea en los pueblos jóvenes de Latino América. este es nuestro gran aporte en cooperación. Luego hacemos muchísimo trabajo, aquí en España, con más de 700 centros educativos, movilizando jóvenes, ayudando a los profesores en lo que sería toda la transversal de justicia, ciudadanía global, solidaridad…
Las nuevas tecnologías aplicadas
Tenemos una red de jóvenes solidarios de más de 2500 jóvenes ligados a través tecnología para justo hacer esto: no buscamos la solidaridad con el pobre, sino construir una transformación social, tanto aquí como allá. Y en este sentido los jóvenes solidarios en España las preguntas son sobre cómo puedo yo transformar la realidad e injusticia en mi centro educativo en mi centro, en mi barrio, en mi ciudad. Y lo mismo que ocurre con los chavales en Fe y Alegría o con de JRS en África. Nuestro sueño es ir vinculado en redes cada vez más grandes a través de encuentro, regionales, globales, en los que incluimos ya Colombia, Nicaragua. Va creciendo.
Hasta qué punto es importante este crear redes a ese nivel
Hoy en día no es posible ayudar a formar a ciudadanos responsables si no es haciéndose cargo de la realidad global.
Antes se decía que se te quitaban los prejuicios viajando, ahora hay muchas posibilidades de viajar para conocer estos centros.
Un chaval tiene que tener una visión macro para poder comprender muchas de las injusticias estructurales que tiene nuestro mundo y poder tomar opciones éticas e incluso de estilo de vida y personales.Teniendo en cuenta que somos corresponsables de la realidad mundial. Y eso es lo que hasta ahora es nuestro gran foco y diría que Entreculturas es un gran catalizador de ciudadanía mundial. Nuestro sueño en el fondo es convencer y trabajar con los profesores y los alumnos de nuestro centros en España, que no son sólo jesuitas, hay muchos centros públicos. Convencerles de que son parte de una red, que a través de escuelas está transformando el mundo. Ese es el sueño, y por ello damos toda la energía y creemos que las redes macro o, como las que venimos de hablar en Loyola, son parte de nuestra misión clarísimamente.
¿Más allá del sueño sois sensatamente optimistas?
Si no no estaríamos haciendo lo que hacemos. los resultados son modestos. No podemos decir que el mundo haya cambiado después de quince años de trabajo ya. Pero sí podemos decir que son muchísimas las vidas que han sido tocadas con la metodologías y las propuestas de nuestra organización. Son muchos los voluntarios y las personas que han cambiado su postura ante el mundo gracias a diálogos, conversaciones, experiencias, trabajos, junto con Fe y Alegría y el Servicio Jesuita de Refugiados. Y creemos que somos los que insuflamos esta dimensión de justicia y de internacionalidad en la misión a todo el resto de obras en España, ya sea universidades, colegios, parroquias, centro sociales. El provincial siempre nos dice: ayudadnos a que toda la Compañía de Jesús en España hagamos cooperación.
Un momento providencial porque la Compañía está terminando ese proceso de unificación que también tiene sus desafíos y sus oportunidades.
Somos una provincia demasiado grande en este momento. Es un esfuerzo muy grande por parte del provincial y su equipo, pero yo creo que acabará rindiendo apostólicamente en unos años. Estamos en un momento complejo porque hemos hecho una opción muy fuerte por coordinar apostólicamente desde lo local, ahora tenemos 23 plataformas apostólicas locales en España. Es una nueva forma de coordinarse, en vez de por sectores a nivel nacional, hay una coordinación mucho más local. Digamos que cada ciudad hay un responsable de la compañía que tiene mayor facilidad para coordinar el trabajo. Y eso es muy nuevo porque vemos que el futuro es interdisciplinar, y no tiene sentido que se coordine cada cosa por su lado. No estaba ayudando a la complejidad que tiene hoy en día cualquier respuesta apostólica.
Seguro que hablaremos muchísimo de esto en el futuro porque es una apuesta arriesgada, pero hacia donde se tiene que ir en un futuro, no solo de la Compañía sino de un mundo global. Daniel, ha sido un placer. Esta es tu casa. Tendremos ocasión de volver a hablar contigo. Dentro de un año tiene congregación.
Sólo tenéis que decirlo.