En la actualidad hay más de 60.000 refugiados en Grecia literalmente "atrapados" por la política europea
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(Fundación Juan Soñador).- La Semana Solidaria de Mieres en esta edición de 2016 ha abordado una de las realidades más sangrantes que está viviendo el Mundo, y concretamente Europa, en las últimas décadas. Se trata de la situación de los refugiados.
Debido a los conflictos bélicos y situaciones de extrema violencia y necesidad que se viven fundamentalmente en Oriente próximo y el este de África, son miles las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares y buscar refugio en Europa. Lamentablemente, el trato que reciben al llegar a nuestras fronteras es de todo orden inhumano y contrario al Derecho Internacional.
Durante la Semana Solidaria se ha intentado poner rostro a este drama humanitario. Creemos que las cifras son importantes pero llega un momento en que abruman y deshumanizan. Sin embargo, si conocemos las historias personales que hay detrás de los números, será más fácil ponernos en su lugar y movilizarnos para exigir que se respeten sus derechos.
«HUYENDO DEL TERROR» fue la primera conferencia de este año. El misionero salesiano Alejandro León Mendoza, que vive en Siria, narró en primera persona la experiencia de la guerra en ese país. Experiencias marcadas por la violencia indiscriminada hacia la población civil que sufre esa situación desde hace ya más de 5 años. Alejandro nos contaba las dificultades que tiene para poder realizar su trabajo en los centros juveniles de sus parroquias.
En este tipo de situaciones sale a relucir lo peor del ser humano, pero también lo mejor. Alejandro es testigo de ello y compartió con los asistentes ejemplos de solidaridad y humanidad en mitad de la guerra. Explicó los diversos intereses geoestratégicos de las grandes potencias en estas zonas, «la solución no está en Siria, otras potencias alimentan la guerra con armas y dinero».
El segundo día pudimos disfrutar de la compañía de Fernando Bermúdez, activista en favor de los Derechos Humanos y Carolina González, técnica de la ONG Accem, en una mesa redonda bajo el título «A ORILLAS DEL MEDITERRÁNEO». Fernando nos relató las diferentes historias que recogió este verano en distintos campamentos de Grecia. Historias de refugiados que hablan de sufrimiento por dejar atrás el hogar, penalidades extremas en un viaje en el que ponen en riesgo su vida y de incertidumbre ante un futuro que se les niega. Por su parte Carolina nos habló del trabajo de la ONG Accem con los refugiados. Una labor encaminada a su integración en la sociedad de acogida a través de diferentes etapas.
Al día siguiente se proyectó la película «Las tortugas también vuelan», ambientada en un campo de refugiados en el Kurdistán iraquí durante la invasión de EE.UU. Una cosa queda clara al ver la película: nada bueno se obtiene con la guerra. Una historia dura, sin concesiones, que te deja un regusto amargo al final pero que narra con un realismo abrumador la realidad de un grupo de niños en un campo de refugiados. Los niños, marcados por la guerra, mutilados, huérfanos, hambrientos, desgarrados, son los que se llevan la peor parte, obligados a sobrevivir en condiciones infrahumanas y convertirse en adultos pese a su temprana edad.
La película muestra el sufrimiento del día a día de estos jóvenes, la amistad entre ellos, lo difícil que les resulta tener que sobrevivir con lo mínimo y cuya única forma de conseguir ingresos para sus necesidades básicas es recogiendo minas antipersona y vendiéndolas en el mercado negro.
En la última mesa redonda «BIENVENIDOS ENTRE NOSOSTROS» intervinieron Nuria Méndez y Alfonso Pombo para contarnos su experiencia como voluntarios durante el verano en el campo de refugiados de Filippiada (Grecia). En la actualidad hay más de 60.000 refugiados en este país europeo literalmente «atrapados» por la política europea al respecto. Personas que viven en situaciones muy precarias, con grandes traumas provocados por la guerra y a los que su situación de incertidumbre les está aumentando su sufrimiento. Queremos que sea un ejemplo de que debemos estar dispuestos a acoger a estas personas que solo escapan del horror y la barbarie y lo único que pretenden es comenzar una nueva vida.
Necesitamos una sociedad civil que denuncie la política rastrera e inhumana que la UE está aplicando y que presione a nuestros políticos a cambiar su rumbo. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante este drama. Hay muchas vidas en juego y la credibilidad de una sociedad europea que se está dejando por el camino su dignidad y su vergüenza.
Para clausurar la semana, quisimos hacer un homenaje a todas las personas que han perdido su vida en el Mediterráneo «Mar de muerte y vida». Para ello una joven mierense, Patricia Suárez Álvarez, escribió esta poesía dedicada a todos los refugiados y refugiadas.
PRESENTE INMORAL
Ahí fuera lloran esencias.
Las almas se colman de elegías.
La vida se precipita.
La muerte moja breve.
La gente llora y la prensa dice que tan solo llueve.
Los mares cubren a cuerpos ya inertes.
La vida se les va y no es el destino quien lo quiere.
El agua salpica pura y engaña a los débiles.
¿En nombre de qué fobia Europa nada a contracorriente?
Ahí fuera lloran los hijos de las madres
que no encuentran el sentido de sus vidas
porque han perdido a sus familiares.
Ahí fuera mueren.
Mueren las personas de un mundo desecho.
Una patera llega con un sueño.
Un sueño llega y despierta en una realidad muerta.
¿Es el pánico el estado de la vida?
¿Quién oprime a la justicia hasta dejarla caer?
Gotea en el cielo
y el infierno arde con cada lamento.
¿Cuántas penas de más serán enviadas a los diarios
para que al final nos calen y no nos contengan?
Ahí fuera llora turbada
la víctima del paso mal dado,
la sumisa de la bravura
de aquel mar tan sumamente agitado.
Ahí fuera un niño canta en la frontera.
¿Cuál será mi futuro si no llego a pisar tierras extranjeras?
El límite de la suerte
baila tras la valla.
¿Quién será el valiente que pueda con la simpleza humana?
Ahí fuera lloran
pausas humanitarias de horas
en busca de la calma eterna.
¿Por qué siempre puede más el conflicto bélico
antes que el clamor gastado del forastero?
Ahí fuera gritan los ecos
de las voces vivas,
los silencios sonoros
de las palabras no dichas.
¿Quién será la voz del callado varado?
¿Quién apoyará al movimiento humano?
Recordemos,
que todos en algún momento hemos sido refugiados.
Tenemos pasado.
Nos queda presente por pasar.
Nunca podremos ser inmunes a la paz
sin antes haberla establecido.
Una de las imágenes más crudas de los últimos años fue un niño muerto en mitad de una playa de Turquía tras intentar huir con su familia de la crisis humanitaria de su país. La fotografía de Aylan Kurdí dio la vuelta al mundo y se ha convertido en símbolo de la tragedia que se sigue produciendo día tras día en el Mediterráneo.
El año 2016 será el más mortífero en este mar, pues hasta el momento más de 4.700 personas fallecieron en su intento de cruzarlo.
El Mediterráneo siempre fue escenario de grandes acontecimientos históricos, pero actualmente dejó de ser fuente de inspiración de filósofos y poetas para convertirse en la fosa de inmigrantes empobrecidos más grande del planeta.
Mientras esto sucede, Europa sigue adelante con un enfoque prohibicionista y represivo del fenómeno migratorio, amurallando sus fronteras e impidiendo que miles de personas puedan tener un futuro con esperanza.
DESDE LA XIII SEMANA SOLIDARIA DE MIERES QUEREMOS EXIGIR A NUESTROS DIRIGENTES, QUE TENGAN LA VOLUNTAD POLÍTICA SUFICIENTE PARA QUE SE TERMINE EL DRAMA DE LOS REFUGIADOS EN EL MEDITERRÁNEO, ESTE MAR AZUL Y TRANQUILO QUE TANTAS VECES HEMOS CONTEMPLADO.