Todos ellos lograron llegar a Italia gracias al programa de corredores humanitarios gestionado por la Comujnidad de San't Egidio, la Federación de las Iglesias Evangélicas y la Mesa Valdense, para un total de 800 personas
(Jesús Bastante/Agencias).- Solidaridad, independencia, y más solidaridad. La Limosnería Vaticana ha anunciado que la Santa Sede acoge a tres nuevas familias de refugiados sirias, una vez que las que ocupaban los apartamentos dispuestos por Roma para los primeros acogidos, que «han encontrado los medios para ser independientes».
Se trata de dos familias cristianas y una musulmana, para un total de 13 personas, que huyeron del país «después de sufrir secuestros y otras discriminaciones». Los cristianos llegaron el pasado mes de marzo, mientras que la familia musulmana está en Italia desde febrero de 2016.
La primera de las familias está compuesta por una madre con dos hijos adolescentes, una abuela, una tía y otra mujer joven que vive con ellos.
La otra familia cristiana, por su parte, está formada por un matrimonio joven que hace dos semanas tuvo a su primera hija, a la que llamaron Stella (Estrella). La mujer estuvo durante varios meses secuestrada por las milicias del Estado Islámico.
Finalmente, la familia musulmana está formada por un matrimonio con dos hijos, uno de ellos enfermo, y en la actualidad la mujer hace un curso de mediadora intercultural.
Todos ellos lograron llegar a Italia gracias al programa de corredores humanitarios gestionado por la Comujnidad de San’t Egidio, la Federación de las Iglesias Evangélicas y la Mesa Valdense, que se ocupa de proporcionar la documentación, el alojamiento y un programa de integración a sirios que se encuentran en campamentos en Líbano.
Con este programa ya son cerca de 800 los refugiados que han llegado a Italia en el último año.
El papa Francisco hizo en septiembre de 2015 un llamamiento a la colaboración de las parroquias, comunidades religiosas, santuarios y monasterios para que acogieran a los refugiados.
Además de los tres apartamentos de la Ciudad del Vaticano, la Santa Sede sostiene económicamente a las 21 personas que llegaron a Italia desde Lesbos, doce de ellas en el avión en el que había viajado el papa Francisco a la isla italiana en abril del año pasado.