Manos Unidas, Misiones Salesianas, Cáritas y Ayuda a la Iglesia Necesitada, con el 8-M

ONG católicas: «La pobreza, el hambre, la exclusión y la desigualdad tienen rostro de mujer»

Instan a las Administraciones a desarrollar política proactivas para asegurar una igualdad real

ONG católicas: "La pobreza, el hambre, la exclusión y la desigualdad tienen rostro de mujer"
Mujeres: clave para un desarrollo en igualdad

Llamamiento a la comunidad cristiana y a toda la sociedad para denunciar las conductas machistas que siguen dificultando la vida cotidiana de muchas mujeres, para no ser cómplices de la desigualdad

(Manos Unidas/Cáritas/Misiones Salesianas/ACN).- Este jueves 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer en un ambiente socialmente muy activo con paros y manifestaciones convocadas internacionalmente que exigen lograr la igualdad real de las mujeres y los hombres. Y es que este día, que se celebra a propuesta de la ONU bajo el lema «Ahora es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres«, llega después de haberse iniciado un movimiento global sin precedentes en forma de numerosas marchas y campañas mundiales.

Para Manos Unidas, la celebración de este día y las manifestaciones y paros convocados son una nueva oportunidad para denunciar que la pobreza, el hambre, la exclusión y la desigualdad, tienen rostro de mujer y prueba de ello es que las discriminaciones son mucho más graves en los países en desarrollo, donde esa desigualdad determina la situación de las mujeres y sus condiciones indignas de vida.

La Organización, fundada hace 59 años por las mujeres de Acción Católica, destaca que promueve proyectos de desarrollo especialmente centrados en la mujer, como protagonista esencial en su trabajo en educación para el desarrollo y, también, como línea transversal en sus proyectos de cooperación que realiza en el mundo. Así, el último año, Manos Unidas realizó 68 proyectos de cooperación destinados especialmente a la mujer, por un importe de 4.420.810,23, lo que supone el 12% de su inversión en proyectos de desarrollo.

Como asegura Waldo Fernández del departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas, «en nuestro trabajo denunciamos y damos a conocer las situaciones de desigualdad e injusticia que, por motivo de sexo, se producen en los países donde trabajamos. Pero también proponemos las posibles soluciones para erradicarlas, incluyendo de manera explícita en todas las actividades, los valores y criterios que fomenten la justicia y la igualdad entre hombres y mujeres.»

 

Organizaciones de Mujeres respaldan los procesos de justicia para que no se repita la violencia contra la niñez y las mujeres (Foto ECAP/Socio local de Manos Unidas en Guatemala, 7 de marzo de 2018)

 

LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y UN EJEMPLO DE SUPERACIÓN EN GUATEMALA

Maria José Hernando, del departamento de Estudios y Documentación de Manos Unidas destaca algunas de las «cifras de la vergüenza» en lo que a violencia contra la mujer se refiere: «nos indigna saber que 66.000 mujeres son asesinadas anualmente en el mundo, y que, por ejemplo, en América Latina, cada día son asesinadas 12 mujeres por el hecho de serlo».

Estos días se recuerda que esta violencia suele ser ejercida aún más en el contexto del hogar; de hecho, el 70 % de las mujeres han experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental en algún momento de su vida. En este sentido, desde Manos Unidas se destaca la poca confianza que tienen las mujeres en los organismos oficiales a la hora de pedir ayuda y menos aún en los países en desarrollo. Según asegura Hernando, «menos del 40 por ciento de las mujeres que sufren violencia buscan algún tipo de ayuda y, entre las mujeres que lo hacen, la mayoría recurre a la familia y amistades porque ya no confían en mecanismos oficiales, como la policía o los servicios de salud y es ahí donde las ONG tenemos una responsabilidad enorme y un importante papel que cumplir».

Unos 120 millones de niñas de todo el mundo han sufrido el coito u otro tipo de relaciones sexuales forzadas en algún momento de sus vidas. Y, al menos 200, millones de mujeres y niñas han sufrido la mutilación genital femenina en los 30 países donde existen datos de prevalencia representativos. En su mayoría, antes de cumplir los 5 años.

En el mundo más de 750 millones de mujeres se casaron con menos de 18 años. Esta práctica es más común en África Occidental y Central, donde 1 de cada 7 estaban casadas o viviendo en pareja antes de los 15 años.

En cuanto a la trata, las mujeres adultas representan el 51 % de las víctimas de trata de seres humanos detectada a nivel mundial. En conjunto, las mujeres y las niñas representan el 71 %, siendo las niñas casi tres de cada cuatro víctimas infantiles de la trata. Tres de cada cuatro mujeres y niñas víctimas de la trata lo son con fines de explotación sexual. Manos Unidas también realiza numerosos proyectos contra la trata infantil, sobre todo en África y Asia, y trabaja para dar solución a estas difíciles situaciones a través de muchos de sus proyectos.

 

 

Waldo Fernández, recuerda que «algunas características de las mujeres, como, por ejemplo, la orientación sexual, la discapacidad o la etnicidad, y algunos factores contextuales, como las crisis humanitarias, las situaciones de conflicto y posteriores al conflicto, pueden aumentar la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia». Además señala Fernández, «las mujeres y las niñas son usadas como «arma» en los conflictos armados. La violencia y las agresiones contra ellas, se usan para intimidar, degradar, humillar y castigar a todos los enemigos.»

Esto ocurre también en conflictos de baja intensidad donde son utilizadas como esclavas sexuales para todos los combatientes o miembros de las guerrillas. En esta línea, Manos Unidas acaba de comenzar, con apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación un proyecto que realizará los próximos tres años a través de su socio local ECAP (Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial), en San Martin Jilotepeque (Chimaltenango), Santa María de Nebaj (Quiché) y Nentón (Huehuetenango), tres municipios indígenas de Guatemala que sufrieron las consecuencias del CAI (Conflicto Armado Interno).

Las mujeres que se benefician de este proyecto pertenecen a las etnias mayas Popti’, Chuj,mam, Caqchiquel, e Ixil y sufrieron violencia sexual durante el CAI o han sido afectadas por violencia institucional y de género en el contexto de las migraciones.

El objetivo de este proyecto es contribuir a la defensa y ejercicio de los derechos humanos de mujeres indígenas para que tengan una vida libre de violencia y que se refuercen tanto ellas personalmente como a través de las organizaciones de la sociedad civil e instancias públicas, articulándose para generar estrategias conjuntas de prevención, adecuada atención y protección de la violencia contra las mujeres.

En este contexto, «empoderar a las mujeres» significa desarrollar la conciencia que ellas tienen de «tener derecho a tener derechos», reconocer la propia autoridad y estima, y confiar en la capacidad de lograr sus propósitos. Manos Unidas está facilitando atención psicosocial y de salud a grupos de mujeres víctimas de la violencia y se están poniendo en marcha actividades de sensibilización y formación en derechos humanos de las mujeres, a los jóvenes, hombres y mujeres de centros educativos, líderes comunitarios y hombres adultos para el fortalecimiento de la red social cercana a las mujeres.

 

 

Misiones Salesianas

«Estoy feliz. Ya sé leer, escribir, hacer sumas y restas… En el mercado ya no me engañan», dice Moupke. Tiene 43 años y siete hijos y ha estado yendo a los cursos de alfabetización para mujeres del Centro Don Bosco de Kara (Togo). «Muchos hombres piensan que las mujeres no tenemos demasiado que aportar… Sólo quieren que la cena esté lista cuando ellos vuelven a casa», añade.

Sin embargo, la participación de la mujer es fundamental en el desarrollo de los pueblos y en la lucha contra la pobreza. Desde MISIONES SALESIANAS, Jóvenes y Desarrollo, Solidaridad Don Bosco y VOLS queremos reivindicar, en el Día Internacional de la Mujer que se celebra mañana, la importancia de las mujeres como agentes de desarrollo en sus comunidades y como columna vertebral de las familias.

Desde nuestras organizaciones apostamos por superar las estructuras que crean desigualdad y por proteger y garantizar los derechos de las mujeres y niñas para que sean iguales a los de los hombres. Y para ello creemos que la educación es fundamental. Una niña que acude a la escuela tardará más en casarse y tener hijos, mejorará la higiene y la alimentación familiar, querrá que sus hijos vayan a la escuela, participará en la toma de decisiones y conocerá sus derechos y obligaciones como ciudadana.

El futuro al que aspiramos es un futuro donde hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades. «Nuestro sueño es que en el menor plazo posible tengamos sociedades donde la igualdad sea la normalidad y la base para el desarrollo de cualquier pueblo», explica Jesús Corujo, coordinador de las ONGD Jóvenes y Desarrollo, Solidaridad Don Bosco y VOLS. Sin igualdad de género no hay desarrollo.

«El mundo no se puede permitir excluir al 50% de su población. Las mujeres y las niñas deben tener su espacio y la comunidad internacional tiene que escuchar sus peticiones», explica Ana Muñoz, portavoz de MISIONES SALESIANAS. De cada diez personas pobres en todo el mundo, siete son mujeres. Nacer mujer significa tener más probabilidades de vivir en la pobreza y en la exclusión.

El apoyo a miles de mujeres y niñas a través de proyectos de acogida para las más vulnerables, de alfabetización, de educación, maternidades, actividades y charlas para que conozcan sus derechos, formación de lideresas locales… son algunas de las acciones que los Salesianos llevan a cabo en más de 130 países. La educación de niñas y mujeres es clave para favorecer su autonomía y para que tengan voz propia.

 

 

Cáritas

En el Día Internacional de la Mujer, Cáritas quiere denunciar las múltiples violencias que siguen sufriendo las mujeres cada día e insta a las Administraciones Públicas a desarrollar políticas proactivas para asegurar una igualdad real, el acceso a los derechos y la garantía de una protección y asistencia adecuadas.

Objeto de violencias diarias

La violencia machista se manifiesta de múltiples formas, que con frecuencia se ven «normalizadas» por los usos que sustentan la sociedad patriarcal. Aunque la desigualdad ha ganado en visibilidad, no siempre somos conscientes ni son reconocidas estas violencias diarias soportadas por las mujeres.

Por desgracia, sobran ejemplos de esta realidad, como son el miedo a pasear solas durante la noche, los insultos y comentarios machistas, los tocamientos y miradas obscenas, la situación de infravaloración y humillación en los empleos feminizados, la persistente brecha salarial o las lacras intolerables de la explotación sexual, la violencia de género y los feminicidios. Todas ellas son violencias interrelacionadas, que se ubican, fundamentan, refuerzan y justifican desde el sistema y el atavismo patriarcales. El ejercicio arbitrario y normalizado de esta violencia se convierte en su expresión más aberrante.

Restauración de derechos y de dignidad

Cáritas acompaña anualmente en toda España a más de 25.000 mujeres en distintos procesos de empoderamiento, formación, inserción social y laboral, con el objetivo prioritario de conseguir la restauración plena de sus derechos y su dignidad.

Acompañamos a mujeres en contexto de prostitución y a posibles víctimas de trata y violencia de género a través de proyectos especializados que alertan sobre los efectos de estar sometidas a violencias físicas y psicológicas, y que hacen hincapié en el riesgo que supone que estas consecuencias se extiendan a hijos e hijas.

De igual modo, a través de estos proyectos podemos detectar las situaciones inhumanas en las que se encuentran estas mujeres, sus dificultades en el acceso a derechos humanos, la carencia de una protección real, el acceso a la sanidad y a las posibilidades reales de asegurar su inserción en la sociedad. Todo ello hace necesario impulsar con estas mujeres procesos individualizados de escucha, de apoyo y de acompañamiento.

Esta situación nos indica que estamos fallando como sociedad. Un fallo que se hace aún más cruel cuando se pone el foco del mismo en las mujeres y, en lugar de víctimas, se las convierte en responsables de su situación -recurriendo., por ejemplo, al descrédito de su testimonio en procesos judiciales- y, en el fondo, culpables de las violencias que sufren.

 

 

¿Hasta cuándo vamos a seguir poniendo la carga de la culpa y de la responsabilidad en la mujer que no ha denunciado o que ha retirado una denuncia, y que no logra salir de su entorno de explotación y de violencia? Por nuestra experiencia de trabajo con las mujeres en situación de vulnerabilidad, sabemos que las agresiones son sucesos profundamente traumáticos, que tienen graves consecuencias sobre su bienestar físico, psíquico y social a corto y largo plazo. Fracasamos cuando no somos capaces de prevenir estas violencias ni de restaurar los daños perpetrados.

Un desarrollo liderado por mujeres

Esta situación no se limita a la cotidianeidad de las sociedades industrializadas. Se trata de un escándalo que en el plano internacional adquiere aún mayor violencia, especialmente en aquellas situaciones de pobreza y exclusión donde la mujer, y de forma dramática las niñas y adolescentes, apenas tienen acceso a la formación y la educación.

Nuestra presencia en los países del Sur, de la mano de las Cáritas y las comunidades locales, nos enfrenta a realidades de grave vulneración de los derechos como son los matrimonios forzados, la mutilación genital, la esclavitud, el infanticidio femenino o la violencia sexual estructural.

Con el apoyo a numerosos proyectos de cooperación internacional, Cáritas contribuye a convertir a las mujeres en protagonistas de sus vidas y a fortalecer su liderazgo en los procesos de transformación de sus realidades que permitan disminuir la desigualdad y erradicar las vulneraciones graves de derechos humanos. La experiencia nos demuestra que, en la medida en que son empoderadas y reconocidas, las mujeres desempeñan un papel decisivo como impulsoras del desarrollo local, el emprendimiento social, la autonomía familiar, la solidaridad comunitaria y la construcción de la paz.

En este Día Internacional de la Mujer, Cáritas apuesta por una vida exenta de todas las violencias, donde cada mujer pueda desarrollar su vida libremente y con autonomía, y sea reconocida plenamente como persona poseedora de derechos y dignidad.

Conciliación laboral y familiar

Compartimos la reclamación de Cáritas Europa que, bajo el lema «¡Iguales derechos, iguales deberes!», lanzan a las instituciones y Gobiernos europeos para que rompan los estereotipos sobre las responsabilidades de cuidado parental en las familias mediante la aprobación de la actual propuesta de Directiva de la UE sobre el equilibrio entre la vida laboral y familiar.

Creemos que dicho equilibrio ofrece una oportunidad única para reducir las diferencias entre padres y madres en términos de responsabilidades laborales, salariales y de cuidados, de facilitar la elección de formar una familia y de promover la participación de las mujeres en el mercado de trabajo.

Defendemos, por ello, la propuesta que Cáritas Europa lanza al Consejo y al Parlamento Europeo para que lleguen a un acuerdo sobre la propuesta de Directiva señalada y garanticen una remuneración digna de un permiso parental de al menos cuatro meses por padre. Al adoptar esta Directiva, las instituciones comunitarias estarán demostrando su compromiso de avanzar hacia una Europa más social, como se prometió durante la proclamación del Pilar Europeo de los Derechos Sociales en noviembre de 2017. No debemos olvidar que la familia es una célula vital de la sociedad.

 

 

Cambio de actitudes

Queremos reivindicar, asimismo, la defensa expresa lanzada por San Juan Pablo II en su Carta a las mujeres de 1995 donde expresa su «admiración hacia las mujeres de buena voluntad que se han dedicado a defender la dignidad de su condición femenina mediante la conquista de fundamentales derechos sociales, económicos y políticos, y han tomado esta valiente iniciativa en tiempos en que este compromiso suyo era considerado un acto de transgresión, un signo de falta de femineidad, una manifestación de exhibicionismo, y tal vez un pecado».

Inspirados por esa exhortación y desde nuestro compromiso diario en la transformación de la realidad que afecta a las mujeres en situación más precaria, Cáritas apuesta por un cambio de estructuras y de actitudes, y lanza un llamamiento a la comunidad cristiana y a toda la sociedad para denunciar las conductas machistas que siguen dificultando la vida cotidiana de muchas mujeres, para no ser cómplices de la desigualdad y a ser agentes activos en la construcción de una sociedad de personas iguales y libre de violencias.

 

Ayuda a la Iglesia Necesitada

Finalmente, con motivo del Día Internacional de la Mujer, Ayuda a la Iglesia Necesitada quiere sacar a la luz y mostrar a mujeres valientes, luchadoras, auténticas, arrolladoras… Mujeres de almas tomar.

Mujeres cristianas que, ante situaciones de necesidad extrema y de persecución a causa de su fe, se ponen el mundo por montera y son fieles a Cristo, hasta el extremo.

 

 

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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