Crónica de la visita a Tarifa, Tánger y Ceuta de #MigrantesConDerechos

Jesús Miguel Zamora: «El fenómeno migratorio no debería dejar a nadie indiferente»

"El Mediterráneo se ha convertido en su lugar definitivo de muerte trágica"

Jesús Miguel Zamora: "El fenómeno migratorio no debería dejar a nadie indiferente"
Oración en las playas de Tarifa MigrantesconDerechos

El viaje ha dado pie a encuentros con adolescentes y jóvenes llegados desde Camerún, Guinea Conakry, Senegal, Mali o Tchad, junto a adultos de los mismos lugares buscando un destino mejor, un lugar digno para vivir y una vida con futuro

(Jesús Miguel Zamora, FSC, secr. gral de la CONFER).- Ha concluido un viaje diferente que se inició el día 7 de abril. Culminó el día 11 por la tarde. Cuatro organizaciones que forman la red «Migrantes con derechos», de la cual forma parte CONFER, han visitado Tarifa, Ceuta y Tánger, lugares con una carga simbólica para la gente de Iglesia y también para cualquier persona de bien cuando se trata del tema de las migraciones y lo que se hace en favor de los emigrantes, sobre todo por lo que vienen de África.

El fenómeno migratorio es complejo de resolver y, acaso, de comprender en toda su extensión, pero tiene una carga humana que no deja a nadie (o no debía dejar) indiferente.

El viaje ha dado pie a encuentros con adolescentes y jóvenes llegados desde Camerún, Guinea Conakry, Senegal, Mali o Tchad, junto a adultos de los mismos lugares buscando un destino mejor, un lugar digno para vivir y una vida con futuro. En definitiva, una vida más humana que no encuentran en sus propios países.

Hay muchos hombres y mujeres de bien, trabajando desde la Delegación de Migraciones de la frontera o desde Cáritas o desde la vida religiosa, comprometidos en ayudar a labrarse a muchas personas (a las que pueden atender) un futuro mejor del que tienen en sus países de origen, por causa de la guerra, el hambre, la falta de oportunidades, la falta de derechos o cualquier otra circunstancia que les obliga, y digo obliga y no por «deporte o turismo», a salir de su país abandonando a su familia, sometidos a unas condiciones de viaje en muchos casos inhumanas como hemos visto.

 

 

Para bastantes de estas personas migrantes, el Mediterráneo se ha convertido en su lugar definitivo de muerte trágica. Ahí pasan a ser un número más porque, en muchos casos, no se consigue recuperar su cadáver o el agua del mar no devuelve lo que ha robado como vida humana.

Pisar la tierra de la emigración nos ayuda a darnos cuenta del fenómeno, a seguir trabajando juntos potenciando lo que ya hacemos, agradeciendo la labor de las personas en estos lugares de España o Marruecos, junto a otros que son motivo de congoja por lo que se ve y lo que se sufre y, ¿por qué no?, también cierto motivo de esperanza por lo poco o mucho que se puede alentar buscando para ellas y ellos un futuro mejor.

Hay que redoblar los esfuerzos y seguir trabajando en favor de los migrantes para que la vida que les toca vivir sea más humana. Difícil desafío y compromiso esperanzador.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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