Colocó su cuerpo debajo y el Papa no rozó el suelo

Giani, el ex 007 que amortiguó la caída del Papa

"Estoy bien, quiero continuar", le dijo el Papa, al levantarse

Monseñor Guido Marini, su maestro de ceremonias, trató de mantenerlo en pie

Se llama Domenico Giani, tiene 47 años y es el director de los servicios de seguridad e inspector general de la Gendarmería vaticana. Pero su nombre ha saltado a la fama por haber «placado» a Susanna Maiolo, la mujer que atacó al Papa antes de la misa del Gallo en la Basílica de San Pedro.

El guardaespaldas del Papa, que siempre va a su lado, tuvo los reflejos suficientes para lanzarse de inmediato a placar a la atacante del Papa y, después, para amortiguar su caída, se colocó debajo.

El Papa cayó, porque Susanna Maiolo, a pesar de haber sido placada, tuvo la suficiente fuerza y agilidad para agarrar el «palio» (la estola) que llevaba Benedicto XVI y, al tirar por ella, hacerlo rodar por el suelo.

Las imágenes no muestran la secuencia posterior al ataque, pero según confirman en fuentes vaticanas, «el Papa cayó por encima del comandante, al tiempo que, a su lado, monseñor Guido Marini, su maestro de ceremonias, trataba de mantenerlo en pie».

De esta forma, el impacto fue menor y el Papa no rozó el suelo y, al instante siguiente a levantarse, se dirigió a los que estaban a su lado y les dijo: «Estoy bien, quiero continuar«. De hecho, el Papa se dio cuenta del alcance del ataque que había sufrido sólo por la tarde viendo las imágenes de la televisión.

A pesar de las críticas que están recibiendo, Benedicto XVI se ha mostrado muy agradecido a sus «ángeles de la guarda» y a su reacción. En el momento del ataque, el papa iba acompañado a su izquierda por el comandante Giani, a su derecha por el comandante de la Guardia suiza, Daniel Anrig y, por detrás, sus respectivos vices.

Por detrás de la procesión de entrada vigilaban seis agentes de «intervención rápida» y, en la Basílica, había 30 gendarmes y una treintena de guardias suizos. En el Vaticano aseguran que los controles han funcionado. De hecho, la mujer iba desarmada. Y el comandante pudo placarla a tiempo, quizás porque conservaba todavía en su retina el aspecto de la mujer que ya había intentado atacar al Papa la noche de navidad del año 2008.

 

 

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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