A lo que la madre del cardenal replicó: "Santo Padre, ¿ésa es una declaración infalible?"
Deshinibido y sencillo, el cardenal Timothy Dolan, la estrella ascendente del universo púrpura, tuvo, tras el consistorio, otro gesto de lo más natural: presentarle al Papa a su madre, de 84 años. «Santo Padre, ésta es mi madre». Y con su habitual sentido del humor el purpurado añadió: «Podía hacerla la primera dama del Consistorio».
Benedicto XVI, sonriente y afable, cogió las manos de la señora Shirley y le dijo: «Se le ve muy joven para ser la madre de un cardenal».
A lo que la madre del cardenal replicó: «Santo Padre, ¿ésa es una declaración infalible?»
Y es que Dolan, de 62 años, es uno de los escasos príncipes de la Iglesia que son lo bastante jóvenes como para tener la suerte de conservar viva a su madre.