"Construir un orden social internacional más justo, a fin de que la pobreza y el subdesarrollo dejen de ser terreno fértil donde los traficantes pueden dar con víctimas potenciales”
Las cifras son escalofriantes. A pesar de luchas y guerras históricas y de que desde hace más de un siglo el derecho internacional, enriquecido por decenas de acuerdos y declaraciones mundiales, ha prohibido toda forma de esclavitud y de tráfico de seres humanos, actualmente se siguen contando millones y millones de víctimas de este dramático fenómeno. No por casualidad el comercio de seres humanos está considerado como la segunda actividad criminal más rentable a nivel global, tras el tráfico de armas.
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