Entre los países que cierran las puertas a los refugiados se encuentran también europeos y que estos países deberían "respetar los derechos de todos los que se han visto obligados a escapar, ayudarles y darles acogida"
El responsable vaticano para los Emigrantes, el cardenal Antonio María Veglio, ha denunciado que muchos Estados en vez de acoger a los refugiados y evacuados adoptan medidas para disuadirlos, «al considerarles un problema y no tener en cuenta las razones por les llevaron a huir de sus países».
Veglio, en un artículo publicado hoy en el diario vaticano L’Osservatore Romano, donde explica el documento «Acoger a Cristo en los refugiados y en las personas desarraigada a la fuerza«, que presentará mañana, jueves, añadió que además de los estados, la opinión pública «cada vez se muestra más recelosa» con los refugiados y ello «amenaza el espacio de protección» de los mismos.
«La respuesta correcta no es cerrar las fronteras. Los países deberían garantizar los derechos de los refugiados y actuar según la Convención de 1951, dándoles acogida y trato como si fuesen ciudadanos de esos países», afirmó el purpurado.
El cardenal manifestó que la comunidad internacional se ha mostrado en muchos casos atenta a la situación de los refugiados, pero que los compromisos adoptados no siempre se llevan a la práctica y se ven casos de «cruda miseria».
Según Veglio, la situación de los refugiados y los evacuados es «un índice de referencia del nivel de civilización en el que se encuentra el mundo».
Veglio señaló que actualmente hay en el mundo 100 millones de personas afectadas por la emigración forzosa.
El cardenal se refirió también a la situación humanitaria en Siria y dijo que 4,5 millones de personas son evacuados internos y 6,8 millones de personas están en «graves condiciones de necesidad».
En la misma línea que los datos facilitados el pasado 12 de mayo por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, el cardenal cifró en 80.000 las personas muertas en el conflicto sirio y denunció la grave situación en la que viven los refugiados evacuados en los países limítrofes.
Veglio señaló que en muchos campos falta comida, que las familias se ven obligadas a vivir hasta 20 personas en dos habitaciones, que no tienen dinero para pagar los servicios de sanidad, etc y que ello lleva a la explotación de las personas, incluido los menores, la prostitución, etc.
El cardenal denunció que entre los países que cierran las puertas a los refugiados se encuentran también europeos y que estos países deberían «respetar los derechos de todos los que se han visto obligados a escapar, ayudarles y darles acogida».
(Rd/Agencias)