Y si tenéis escrúpulos de ser demasiado misericordiosos, acordaos de aquel cura que se acercó al sagrario y le dijo: 'Señor, perdoname por ser demasiado perdonador, pero fuiste tú el que me diste el mal ejemplo'"
(José M. Vidal).- Francisco ordena sacerdotes en la Basílica de San Pedro a 13 diáconos. De diversas partes del mundo, símbolo de la catolicidad de la Iglesia, aunque la mayoría son de Roma. Proceden de países como Venezuela, Chile, Ecuador, Brasil, Vietnam o Pakistán y tienen entre 27 y 42 años.
Del altar han desaparecido los grandes candelabros dorados y la cruz del mismo tamaño y han sido reemplazados por otros de metal plaetado, muchos más sobrios y austeros.
El Papa oficia con el báculo de Juan Pablo II. Concentrado y sereno, se le nota cierta fatiga al respirar.
La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles. La segunda, de la carta de San Pedro. Y el Evangelio de Juan del domingo del buen pastor.
El Papa lee una de las rúbricas de la ordenación y las va glosando
«Sacerdotes para continuar su misión de maestro, sacerdote y pastor»
«No sois dueños de la doctrina. La doctrina es del Señor»
«Vosotros debéis ser fieles a la doctrina del Señor»
«No os olvidéis jamas de ser misericordiosos»
«Tened la capacidad de perdón que tuvo siempre el Señor, que nunca quiso condenar, sino perdonar»
«Tened siempre misericordia. Y si tenéis escrúpulos de ser demasiado misericordiosos, acordaos de aquel cura que se acercó al sagrario y le dijo: ‘Señor, perdoname por ser demasiado perdonador, pero fuiste tú el que me diste el mal ejemplo'»
«No cerréis nunca las puertas de la Iglesia en la cara de la gente»
«El buen pastor entra por la puerta de la misericordia y de las llgas de Cristo»
«Si cerráis las puertas a la gente, no seréis buenos pastores»
Y prosigue el rito: con las letanías, la unción de las manos y la entrega del cáliz y de la patena. Y el abrazo del papa, con una sonrisa o unas palabras de felicitación para cada uno de los nuevos ordenandos.