El Pontífice, sonriente, saltó y cogió la pelota, aunque después se le resbaló entre las manos. Una vez agarrada, la firmó y la devolvió al grupo de fieles
Más allá de los rumores sobre su estado de salud, lo cierto es que el Papa Francisco tiene una agilidad inusitada para un hombre de su edad. Así lo demostró ayer durante la audiencia de los miércoles, cuando agarró al vuelo una pelota de baseball lanzada por un feligrés.
El Pontífice, sonriente, saltó y cogió la pelota, aunque después se le resbaló entre las manos. Una vez agarrada, la firmó y la devolvió al grupo de fieles, como si de un profesional del deporte se tratase.
Ayer también hubo momento para el deporte rey en nuestro país, el fútbol, pues Francisco recibió en audiencia al decano del fútbol español, el Recreativo de Huelva, que este año celebra el 125 aniversario de su fundación, una experiencia «inolvidable», según refirieron los integrantes de la expedición del Decano.
Entre las personalidades que acudieron hasta Ciudad del Vaticano para poder estar en el área preferencial de la Plaza de San Pedro, la más cercana al papa, estuvo además Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol. También acudieron el presidente del club onubense, Pablo Comas; el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez; y otros representantes del Consejo de administración y de la afición.
«Ha sido el remate más glorioso que podíamos tener para celebrar el 125 aniversario del Recreativo de Huelva», confesó Comas, presidente del club más antiguo de España.
Emocionado por haber podido «saludar brevemente» al pontífice argentino y haberle «besado su anillo», Comas explicó que el club andaluz le hizo entrega de «una camiseta del equipo, una carabela -símbolo del Descubrimiento de América que identifica a toda la provincia de Huelva- y algunos libros. He podido saludarlo brevemente, pero ha sido suficiente. Sin duda, ha merecido la pena el viaje».
(Rd/Agencias)