Fue el encargado el 13 de marzo de 2013 de anunciar al mundo desde la logia central de la basílica de San Pedro la elección del papa Francisco
El papa Francisco nombró hoy camarlengo, el cardenal que se ocupa del Gobierno provisional de la Iglesia cuando muere o renuncia el pontífice, al francés Jean Louis Tauran, informó hoy la oficina de prensa vaticana.
Tauran sustituye así al italiano Tarcisio Bertone, ex secretario de Estado y que era el cardenal camarlengo desde 2007.
Jean Louis Tauran fue secretario de Estado para las Relaciones con los Estados (ministro de Exteriores) durante el pontificado de Juan Pablo II; de 2003 a 2007 fue archivista y bibliotecario de la Iglesia Romana y desde 2007 es el presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
Como cardenal protodiácono fue el encargado el 13 de marzo de 2013 de anunciar al mundo desde la logia central de la basílica de San Pedro la elección del papa Francisco con la fórmula del «Habemus Papam!».
Tauran, aquejado de la enfermedad de Parkinson, es un diplomático políglota y apasionado de Bach fue en 1990, con 47 años, el prelado más joven en tomar la dirección de la diplomacia vaticana en la historia reciente de la Iglesia católica. Se mantuvo en el cargo durante 13 años.
Tauran pasó varios años en Líbano, en tanto que cooperante primero y luego como diplomático del Vaticano. Está muy implicado en las relaciones con el islam, al frente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
El cardenal se expresa regularmente, a veces con términos muy enérgicos, contra el terrorismo islamista, y también contra la «ignorancia» que según él alimenta en Occidente el miedo al islam
Cuando fallece un papa o renuncia, el gobierno provisional de la Iglesia católica pasa a manos del cardenal camarlengo, que debe administrar los bienes de la Santa Sede, ayudado por tres purpurados asistentes.
También es quien se encarga de confirmar -una vez informado por el prefecto de la Casa Pontificia- de la muerte del papa, de firmar el acta del deceso.
También en caso de renuncia, sellará el apartamento del pontífice difunto, de tomar posesión del Palacio Apostólico Vaticano y de los palacios Lateranense y de Castel Gandolfo.
Cuando el papa muere o renuncia cesan de sus cargos todos los jefes de los consejos pontificios e incluso el secretario de Estado. Sólo permanecen el camarlengo, el penitenciario mayor y el vicario para Roma.(RD/Agencias)