Tienen la capacidad de sonreir y de llorar. Unos me sonríen y otros, al verme de blanco, creen que soy el médico, que les va a poner una vacuna, y lloran
(José M. Vidal).- En la audiencia del miércoles en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco hizo un canto a la infancia y a los niños, «riqueza y don para la Humanidad y para la Iglesia». Porque los niños nos recuerdan que «todos somos hijos» y nos enseñan, entre otras cosas «a llorar y a sonreir» y nos transmiten «ternura». Por eso, una sociedad sin hijos es una sociedad «triste y gris».
Lectura del Evangelio de Mateo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños».
Algunas frases de la catequesis del Papa
«Tras haber pasado revsta a las diversas figuras familiares, querría concluir hablando de los niños»
«En dos momentos. Hoy me detendré en el gran don que son los niños para la Humanidad»
«Son el gran don de la Humanidad, pero también los grandes excluidos»
«Algunas heridas que dañan a la infancia»
«Recuerdo a tantos niños que encontré en mi último viaje a Asia»
«Muchos de ellos viven en condiciones indignas»
«Los niños nos recuerdan que todos hemos sido dependientes del cuidado de los otros»
«Los niños no tienen problema para entender a Dios»
«Los niños son en sí mismos una riqueza para la Humanidad y para la Iglesia»
«Todos necesitamos ayuda, amor y perdón»
«Nos recuerdan otra cosa bella: que siempre somos hijos, aunque seamos padres, adultos o ancianos»
«La vida no nos la hemos dado, la hemos recibido. El gran don de la vida es el primer regalo que hemos recibido»
«Con su sola presencia nos recuerdan que todos somos hijos»
«Los niños nos aportan su forma de ver la realidad, con una mirada confiada y pura»
«Su mirada interior es pura, sin malicia»
«También los niños tienen su pecado original, pero conservan la pureza interior»
«Los niños no son diplomáticos: dicen lo que sienten y lo que ven, directamente. Y, a veces, ponen en dificultad a sus padres»
«No tienen doblez, no han aprendido la ciencia de la hipocresía»
«LLevan en sí mismos la capacidad de dar y recibir ternura»
«La ternura es también poesía: es sentir las cosas y los acontecimientos»
«Tienen la capacidad de sonreir y de llorar. Unos me sonríen y otros, al verme de blanco, creen que soy el médico, que les va a poner una vacuna, y lloran»
«Nuestra sonrisa, en cambio, a veces es de cartón, artificial»
«Nuestro corazón se bloquea y pierde a menudo esta capacidad de sonreír y de llorar»
«Los niños pueden enseñarnos de nuevo a sonreir y a llorar»
«¿Sonrío con frescura, con amor o mi sonrisa es artificial? ¿Lloro o he perdido la capacidad de llorar?»
«Una sociedda sin niños es una sociedad triste y gris»
«Cuando vemos que el nivel de natalidad apenas llega a un 1 por ciento, podemos decir que esa sociedad es triste y gris, porque se ha quedado sin niños»
Síntesis del mensaje del Papa:
Queridos hermanos y hermanas:
De entre las figuras familiares, hoy deseo centrarme en los niños, como gran don para la humanidad.
Ellos nos recuerdan que todos hemos sido totalmente dependientes de los cuidados de otros. También Jesús, como nos muestra el misterio de la Navidad. En el Evangelio se elogia a los «pequeños», a los que necesitan ayuda, especialmente a los niños.
Ellos son una riqueza para la Iglesia y para nosotros: nos hacen ver que todos somos siempre hijos, necesitados de ayuda, necesitados de amor y perdón, que son las condiciones para entrar en el Reino de Dios.
Los niños desmontan la idea de creernos autónomos y autosuficientes, como si nosotros nos hubiéramos dado la vida y fuéramos los dueños, en vez de haberla recibido.
Los niños nos enseñan también el modo de ver la realidad de manera confiada y pura. Cómo se fían espontáneamente de papá y mamá, cómo se ponen sin recelos en manos de Dios y de la Virgen. Sienten con sencillez las cosas, sin ver en ellas únicamente algo que puede servirnos, que podemos aprovechar.
Ellos sonríen y lloran, algo que a menudo se bloquea en los mayores.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España, México, Perú, Argentina y Uruguay.
Hermanos y hermanas, los niños dan vida, alegría, esperanza. Dan también preocupaciones y a veces dan problemas, pero es mejor así que una sociedad triste y gris porque se ha quedado sin niños, o no quieren niños.
Pidamos que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.
Texto del saludo del Papa en español
Queridos hermanos y hermanas:
De entre las figuras familiares, hoy deseo centrarme en los niños, como gran don para la humanidad. Ellos nos recuerdan que todos hemos sido totalmente dependientes de los cuidados de otros. También Jesús, como nos muestra el misterio de la Navidad. En el Evangelio se elogia a los «pequeños», a los que necesitan ayuda, especialmente a los niños. Ellos son una riqueza para la Iglesia y para nosotros: nos hacen ver que todos somos siempre hijos, necesitados de ayuda, amor y perdón, que son las condiciones para entrar en el Reino de Dios. Desmontan la idea de creernos autónomos y autosuficientes, como si nosotros nos hubiéramos dado la vida y fuéramos los dueños, en vez de haberla recibido.
Los niños nos enseñan también el modo de ver la realidad de manera confiada y pura. Cómo se fían espontáneamente de papá y mamá, cómo se ponen sin recelos en manos de Dios y de la Virgen. Sienten con sencillez las cosas, sin ver en ellas únicamente algo que puede servirnos, que podemos aprovechar. Ellos sonríen y lloran, algo que a menudo se bloquea en los mayores.
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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España, México, Perú, Uruguay y Argentina. Hermanos y hermanas, los niños dan vida, alegría, esperanza. Dan también preocupaciones y a veces problemas, pero es mejor así que una sociedad triste y gris porque se ha quedado sin niños. O no quierenen niños. Pidamos que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.
En aquel tiempo, dijo Jesús: « Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios».