El anuncio se produce el mismo día en que los padres sinodales han comenzado a trabajar con el documento final del Sínodo, que será sometido a votación el próximo sábado y cuyas conclusiones serán entregadas al Papa
(Jesús Bastante).- El Papa Francisco no deja de sorprender, y de dar pasos en su proyecto de reforma de la Iglesia. Como anunció en noviembre pasado en exclusiva Religión Digital, Bergoglio ha anunciado hoy a los padres sinodales la creación de un nuevo dicasterio vaticano, dedicado a los Laicos, la Familia y la vida, que sustituirá -tal y como confirma la Sala Stampa- a los pontificios consejos para los laicos y la familia, y al que se unirá la Academia Pontificia de la Vida.
«He establecido una comisión que elaborará un texto que marcará las competencias canónicas del nuevo dicasterio, y que será sometido a la discusión del Consejo de Cardenales -el famoso G9-, que se celebrará el próximo mes de diciembre», afirmó el Papa ante el Sínodo.
En nuestra información, subrayábamos que el proyecto de reforma de la curia contaba con algunos puntos sumamente novedosos, e incluye la práctica desaparición de los Pontificios Consejos, que se integrarán en las 12 nuevas «congregaciones» (no se conoce si el término seguirá siendo éste, o directamente se hablará de «Ministerios»): las nueve actuales (Doctrina de la Fe, Culto Divino, Causas de los Santos, Iglesias Orientales, Evangelización de los Pueblos, Clero, Institutos de Vida Consagrada, Educación Católica y Obispos), a las que habrá que sumar la de Laicos y Familia; Caridad y Justicia (que reunirá las funciones de los consejos pontificios Justicia y Paz, Cor Unum, Migrantes y Pastoral de Salud) y un «ministerio de Comunicación», que sólo se creará cuando concluya el estudio encargado a Lord Patten. Dos de los tres dicasterios previstos -Laicos y Familia, y la unificación de los medios de comunicación- ya son una realidad.
Con todas las salvedades respecto a los estados democráticos, en el Vaticano también habrá una mayor separación entre poder legislativo y judicial, manteniendo los Tribunales de la Signatura Apostólica una mayor independencia, aunque los delitos graves (como en el caso de la pederastia) seguirán dependiendo de Doctrina de la Fe.
Como en todo gobierno, además del Jefe de Estado (Papa Francisco), el Secretario de Estado se convertiría en una suerte de canciller (asuntos exteriores) que también ejercería el papel de «primer ministro».
La reforma de la Curia permitirá, también, reducir hasta el extremo la presencia de obispos y cardenales, dejando libres, casi de inmediato, hasta una quincena de puestos «cardenalicios», que permitiría «internacionalizar» en breve el Colegio cardenalicio.
Este anuncio se produce el mismo día en que los padres sinodales han comenzado a trabajar con el documento final del Sínodo, que será sometido a votación el próximo sábado y cuyas conclusiones serán entregadas al Papa, que decidirá si se publican o no, y de qué modo. El año pasado, incluso, se llegaron a publicar los votos a favor y en contra que tuvieron cada uno de los puntos.
Posteriormente, será el Papa Francisco quien decida si publicar o no una exhortación apostólica con nuevas normativas respecto a algunos temas, especialmente en los relativos a los divorciados vueltos a casar, las uniones civiles, una mayor formación y acompañamiento en el noviazgo y un refuerzo de la ayuda a las familias en dificultades en todo el mundo.
Tal y como explica Efe, el primer documento -Instrumentum Laboris- que les ha servido hasta ahora de guía para los debates que han sido divididos por temas ha sido perfeccionado y completado a través de la inserción de 39 relaciones elaboradas por los 13 grupos lingüísticos (círculos menores) que durante estas tres semanas de trabajo han ido presentado sus propuestas de mejora.
Cada uno de los más de 270 padres sinodales -los participantes del Sínodo con derecho a voto de las propuestas- tendrá acceso a una copia del primer documento que podrá analizar con calma hasta el viernes día en el que se propondrán las modificaciones al texto.
La secretaría del Sínodo deberá incluir esas nuevas propuestas al primer borrador el viernes por la tarde y una delegación de 10 obispos tendrá que supervisar que en el documento final estén presentes esas modificaciones.
Finalmente, el sábado por la mañana se leerá íntegramente ese documento final y por la tarde los padres sinodales deberán votar cada uno de los puntos, que para que quede aprobado deberá contar con dos tercios de los votos, según está estipulado en el reglamento del Sínodo.
Para que una propuesta sea rechazada basta en cambio la mayoría absoluta. Después, una vez finalizada la votación el documento será entregado al Papa que decidirá qué hacer con el texto. En el anterior Sínodo fueron publicadas inmediatamente tanto las votaciones como el documento, pero cabe la posibilidad de que este año el Papa decida no hacerlo público. Los expertos apuntan a que el Papa usará el documento como base para una futura exhortación apostólica sobre la belleza de la familia.