Francisco es un regalo. Su modo de hablar sobre Jesús y vivir la fe cristiana está tan apegado al suelo, a la simplicidad. Es directo con la gente y eso es un regalo
(José Manuel Vidal).- Encontrarse con el cardenal Luis Antonio Tagle es toda una experiencia de misericordia. Pequeño, sensible, alegre, sus palabras refuerzan la idea de que, sin lugar a dudas, es uno de los colaboradores más cercanos de Francisco, y señalado por muchos como su posible sucesor. «El Espíritu Santo es libre para pensar«, subraya entre risas aunque, añade, «son los cardenales los que votarán, no los periodistas».
En esta entrevista con RD, durante su presencia en Madrid para participar en la 45 Semana de Vida Consagrada organizada con éxito por el ITVR, el presidente de Cáritas Internationalis cree que Bergoglio podría acabar renunciando, como hiciera Benedicto XVI, de las dificultades para que el Islam tenga su propio «Vaticano II», de la familia, que «no debe utilizarse para sacar partido dentro de la sociedad», del deseo del Papa de viajar a China y del drama de los refugiados.
Estamos con el cardenal Luis Antonio Tagle, al que llaman Chito, de Luisito. Filipino, es el cardenal arzobispo de Manila, una gran personalidad en la Iglesia Católica de este momento. Todavía no tiene 60 años, pero ya ha publicado cantidad de libros. Prestigioso biblista, es el presidente de Cáritas Internacionalis desde hace poco tiempo. Ya fue papable en el anterior cónclave, al menos desde la perspectiva de los periodistas, y lo seguirá siendo con más motivo el próximo cónclave, que esperamos que sea lo más tarde posible.
¿Le molesta que los periodistas le consideremos papable?
Bien…Un poco. Pero comprendo que es una oportunidad de apuesta. No me lo tomo en serio. En cualquier caso, son los cardenales los que votarán, no lo periodistas.
Hay quien dice que podría ser usted el nuevo Pablo VI, después del nuevo Juan XXIII.
No lo sé. El Espíritu Santo es libre para sumar.
Cuando esta mañana le planteaba esta misma cuestión en privado, usted se reía como ahora y me decía «¡Pobre Iglesia!».
Sí, porque me conozco, conozco mis capacidades.
Hay que darle tiempo a Francisco, y que concluya su obra. ¿Cree que, cuando la considerase concluida, podría renunciar como hizo Benedicto?
Sí. Él se dice a sí mismo que lo que el Papa Benedicto hizo, no fue una elección personal, sino que podría ser considerada incluso una medida institucional. El Papa Francisco está diciendo que los futuros papas pueden hacer lo mismo, que es una posibilidad.
¿El Papa habla de eso, de retirarse a Argentina?
No, no. Está centrado en su misión y, ¿sabes?, él conoce la manera de decir las cosas en público, pero también guarda otras en su corazón, y luego, cuando las hace, nos sorprende. Nosotros esperamos.
Casi coinciden en el tiempo los últimos atentados en Bruselas y los de Pakistán. Europa y Asia sufrimos la lacra del terrorismo. ¿Qué siente ante esas situaciones? ¿Qué podemos hacer para frenarlo?
Las reglas de estos atentados son muy complejas pero también muy reales. Primero, debemos tener en cuenta las razones sociales. ¿Porqué la gente joven se ve atraída a unirse al fundamentalismo, en estrecho contacto con los grupos terroristas? Algunos expertos ya lo han estudiado y ellos dicen que los jóvenes que se sienten marginados, los que no se sienten integrados en su comunidad, los que no han tenido ninguna oportunidad ni tienen un futuro cierto, sienten rabia y frustración. Y entonces eso les convierte en vulnerables para ser atraídos por este tipo de fuerzas. Aquí hay, en conclusión, un problema social. Debemos ponernos en esta dirección: por qué la gente, especialmente la nacida dentro de minorías -familias que pertenecen a minorías religiosas, raciales…- está aceptando esas «comunidades» violentas.
Existe también otro elemento, el político. Lo podemos entender porque estos problemas tienen lugar también entre los políticos: los que están en el poder y los de la oposición. Hay muchos problemas políticos escondidos que tienen que ver con esto, que crean esa mentalidad de, para defender lo propio, realizar un contraataque de terror.
El tercer planteamiento es para la Iglesia: ¿cómo podemos conducir todas las religiones hacia un enfoque racional y razonable para con la vida humana? Somos diferentes los unos de los otros, las unas de las otras, pero hay muchos puntos que podemos tomar juntos, especialmente los que contribuyen a lograr una visión racional y razonable de los humano y sus problemas.
¿El Islam necesitaría un Vaticano II?
Algunos estudiantes musulmanes creen que el Islam necesita que venga un Vaticano II. Ellos estudian las verdades de por qué cada religión podría dialogar con el cambio del mundo. Porque el Vaticano II no cambió la Biblia ni cambió las enseñanzas de la Iglesia, pero estudió cómo esas enseñanzas de la Iglesia podían conectarse con un mundo que había cambiado y seguiría cambiando. Como digo, los estudiantes y también los expertos en Islam lo ven necesario. Pero, ¿cómo hacerlo? Porque, en la Iglesia Católica, tenemos una jerarquía claramente piramidal: El Papa, los Dicasterios…Pero en el Islam, ¿quién lo decide, quién podría cambiarlo? Espero y seguiré esperando que algo pueda cambiar entre ellos, que algo pase.
Cambiamos de tercio. El próximo día 8 el Papa va a publicar la exhortación postsinodal. ¿Ha conocido algo, cree saber por dónde va?
No he leído la exhortación, pero creo que el Santo Padre seguirá las líneas maestras a las que se apuntaron en el debate de orientación, en los dos sínodos: el extraordinario y el ordinario. ¿Qué líneas son? Una es orientar a las familias en la toma de conciencia de la familia como algo bello, como una Buena Noticia. Convencer de que familia nunca son malas noticias, sino Evangelio. Que la belleza de la persona humana existe gracias a la belleza de la familia, a las relaciones vitales. También el Santo Padre reconoce que hay muchas familias agobiadas por las dificultades, y se pregunta cómo puede la Iglesia no huir de esas realidades y así evitar que esas familias se sientan abandonadas, que la gente con problemas no esté sola. ¿Cómo pueden ser traídos a esta familia más amplia que es la Iglesia, incluso cuando su situación personal no es perfecta?
La otra línea es la que considera la familia una misión. ¿Quién proclamará la fe? ¡La familia! La familia se convierte en misionera dentro de la Iglesia: los padres son misioneros con sus hijos. Las familias completas se hacen ejemplares y misioneras para otras familias. ¿Sabes? La familia puede evangelizar la sociedad al completo, así como también puede destruirla. Por ejemplo, no sé aquí en España, pero en Asia algunas familias usan -y abusan- de los parentescos familiares para la corrupción. Hacen cosas ilegales y justifican que las hacen porque las hacen por la familia, para la familia. La familia, sin embargo, ha de ser fuente de justicia, de verdad y de integración en la sociedad. La familia no debe utilizarse para sacar partido dentro de la sociedad.
Hablando de integración, vamos hacia un proceso de integración de los heridos en la familia de la Iglesia. ¿Espera usted alguna sorpresa a este respecto en la exhortación papal?
No quiero decir nada, porque no he leído la exhortación…
Los divorciados vueltos a casar, por ejemplo. ¿Podrían entrar en ese proceso de integración?
Veremos. Veremos cómo se concierta esa integración y qué dirección toma. Porque, durante el Sínodo, hubo muchas voces que trataron de encontrar caminos de integración. No sólo en el detalle de recibir o no la comunión, sino que hay otros muchos caminos a través de los que activar esa integración.
Estamos en el Año de la Misericordia gracias a que tenemos un Papa de la Misericordia. Todo su pontificado parece centrado en ello. ¿Pasará por esta razón a la Historia?
Sí, es posible resumirlo así. Por supuesto, cada pontificado es muy rico y, por ejemplo, el Papa Francisco es también el primer Papa que ha centrado toda una encíclica en el problema de la ecología y el medioambiental. La misericordia es una de sus principales características, pero no debe ser la única que capture la riqueza de todo su pontificado. Por otro lado, por supuesto creo que incluso la concienciación ambiental puede ser vista desde la perspectiva de la misericordia. Porque abusar del aire, del ambiente… es una carencia de misericordia. Entonces, creo que sí, que la misericordia puede ser una llave que abra la enseñanza de todas las propuestas pastorales del Papa Francisco.
¿Espera que el Papa pueda ir a China?
Él lo desea.
¿Está más cerca?
Él quiere y nosotros lo estamos esperando. Creo que, con el cardenal Parolin, el secretario del Vaticano, el Vaticano está tratando de tener más relaciones con China, sino completamente diplomática, al menos relaciones, poco a poco.
Asia es uno de los continentes preferidos de este Papa, por ser jesuita. Los jesuitas, desde Francisco Javier, fueron a Asia para quedarse. ¿Por qué Asia se está convirtiendo de nuevo en la nueva frontera del catolicismo?
Para empezar, Asia es el continente más grande. Dos tercios del mundo están en Asia, ¿no? Pero, paradójicamente, en Asia tenemos el menor número de cristianos del mundo. Es un misterio. Porque, si consideras Tierra Santa, Israel, y todos los lugares sagrados de la Biblia, en Oriente Medio, parte de Asia… ¡Son parte de Asia! Jesús nació en Asia. Y sin embargo su presencia en Asia es muy pequeña.
Menos en Filipinas.
¡La mitad de los cristianos de toda Asia está en Filipinas! Entonces, imagina en el resto de los países: son pocos y dispersos. Pero, a pesar de que el número de cristianos es pequeño, la actividad de la Iglesia es enorme, porque hay muchos jóvenes en ella. Asia es un continente joven, la mayoría de asiáticos son jóvenes y, en consecuencia, hay entusiasmo, seguridad, muchas vocaciones.
También vocaciones.
Sí, pero también hay mucho sufrimiento. Y ese sufrimiento produce muchos mártires, que siempre producen, a la vez, crecimiento en la Iglesia.
Sangre de mártires, semilla de cristianos…
Así es y allí puede verse. Hay esperanza porque coexisten esas dos cosas: sufrimiento, pero juventud.
Es usted el presidente de Cáritas Internacionalis y es, por lo tanto, el representante en activo de la misericordia del Papa. Eso es un gran peso, ¿no?
Sí, es una gran responsabilidad, pero preciosa. Además, yo soy como un estudiante: estoy aprendiendo mucho. Estoy aprendiendo qué es verdaderamente misericordia, compasión, todo. En el trabajo de Cáritas se percibe la esperanza. Cuando visito lugares donde hay tanta gente sufriendo, veo en ellos la fuerza de los seres humanos y la dignidad del espíritu humano. Dos cosas que el sufrimiento no puede eliminar ni asesinar.
En Europa quienes están sufriendo son los refugiados. ¿Es una vergüenza lo que estamos haciendo?
Por supuesto, yo también entiendo las posturas de los gobiernos europeos, pero me gustaría ver países con corazón. Más corazón. Yo fui a Líbano, un país muy pequeño. La población son cuatro millones y, ¿sabes?, han aceptado dos millones de refugiados. Si un país pequeño como Líbano pudo abrir su puerta a dos millones de refugiados, tal vez otros países puedan hacer lo mismo.
Me estoy cuestionando también que en otros muchos países del mundo la gente se está convirtiendo en refugiada o migrante, a causa de guerras, catástrofes, etc, y tenemos que aprender cómo ayudar a esas personas. Además, es que los refugiados y los migrantes pueden ayudar. No es sólo que les ayudemos nosotros a ellos. Pueden ayudar en nuestra sociedad, al crecimiento de la economía, etcétera. Refugiados y migrantes no siempre son igual a problemas, sino que ellos también pueden contribuir muy bien al desarrollo del país de acogida.
Terminamos, no quiero cansarle más. Hablemos un poco más del Papa. ¿Francisco es un milagro?
Sí, es un regalo. Podemos decir que en los pasados 60 años, la Iglesia ha recibido muchos regalos, verdaderos milagros de Dios. Hemos tenido muy buenos papas, gente muy santa. Juan XXIII, Juan Pablo II… son ahora santos. Pablo VI, beato; Benedicto, un gran teólogo; cada uno es un regalo adecuado dado por el Señor en un momento de la vida de la Iglesia. Dios siempre sabe, y ahora nosotros tenemos este bonito regalo que es el Papa Francisco, llegado desde el Fin del Mundo… ¡Desde Argentina, hacia la Iglesia universal! Su modo de hablar sobre Jesús y vivir la fe cristiana está tan pegado al suelo, a la simplicidad. Es directo con la gente y eso es un regalo.
Usted mantiene una relación muy fluida con él, que se percibió en el viaje a Filipinas.
Sí, sí. Porque trabajamos juntos de 2005 a 2008 en el consejo del Sínodo de Obispos. Nos conocemos el uno al otro y solemos bromear, sólo bromear. Ahora él es Papa y no quiere reverencias, sino que continúa siendo esa persona que era mi buen amigo.
Muchas gracias, cardenal Tagle y que Dios bendiga sus labores pastorales.