Si prevalecen la incomprensión y el miedo, se daña algo en nosotros mismos, nuestras culturas, la historia y las tradiciones se debilitan y se compromete la paz
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El papa Francisco pidió hoy «una integración que respete la identidad de los migrantes«, en un mundo cada vez «más fragmentado y polarizado» donde «muchas personas tienen miedo del terrorismo».
«Estamos llamados a construir una cultura del diálogo que ayude a reconocer al otro como un interlocutor válido», afirmó el Pontífice este jueves al recibir las cartas credenciales de los Embajadores de las Repúblicas de Seychelles, Estonia, Malawi, Zambia y Namibia y del Reino de Tailandia.
«Promoveremos una integración que respete la identidad de los migrantes y preserve la cultura de la comunidad que los acoge. Esto es esencial», pidió el Obispo de Roma tras lamentar que «muchas personas tienen miedo del terrorismo y de que el creciente flujo de migrantes cambie radicalmente su cultura, su estabilidad económica y su estilo de vida».
«Estos son temores que comprendemos y que no podemos hacer a un lado con liviandad, sino que deben ser afrontados con sabiduría y compasión, para que los derechos y las necesidades de todos sean respetados y sostenidos», explicó.
«Si prevalecen la incomprensión y el miedo, se daña algo en nosotros mismos, nuestras culturas, la historia y las tradiciones se debilitan y se compromete la paz», advirtió Francisco, en línea con el discurso que había pronunciado el pasado 6 de mayo al recibir el Premio Carlomagno donde aseguró soñar «una Europa en la que ser migrante no sea delito».
«Cuando por otro lado favorecemos el diálogo y la solidaridad, a nivel tanto individual como colectivo, es entonces que experimentamos lo mejor de la humanidad y aseguramos una paz duradera para todos, según el diseño del Creador», aseveró.
En su discurso a los representantes diplomáticos de estos países, el Santo Padre les recordó que «no obstante la diferencia de nacionalidades, culturas y confesiones religiosas, su presencia es un llamado a la unidad en una misma humanidad y un mismo servicio en el cuidado de la sociedad y de la creación«.
«Particularmente -abundó Francisco- en estos tiempos en los cuales el mundo está atravesando momentos de sufrimiento, conflictos y guerras, migraciones y movilizaciones forzadas, e incertidumbre a causa de las dificultades económicas».
Estos problemas, señaló el Pontífice, «necesitan no solo que reflexionemos y discutamos sobre ellos, sino también que manifestemos signos concretos de solidaridad con nuestros hermanos y hermanas que se encuentran en grave dificultad».
«Para que este servicio de solidaridad sea eficaz, nuestros esfuerzos deben estar orientados a conseguir la paz, en la cual todo derecho natural individual y todo desarrollo humano integral puedan ser ejercitados y garantizados», agregó.
(RD/Agencias)