Francisco y el patriarca, como señal de paz, soltarán a dos palomas en este lugar, que se asoma al monte Ararat, símbolo de Armenia pero en suelo turco por la reducción territorial que ha vivido el país a lo largo de su historia
(J. Bastante/Agencias).- El Papa Francisco ya vuela hacia Armenia. El vuelo A321 de Alitalia partió de Roma minutos después de las nueve de la mañana. Por delante, cuatro horas de vuelo, en el que pasará por Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro, Bulgaria y Turquía. Como es habitual, Bergoglio subió por la escalinata con su maletín negro, saludando a las azafatas y el piloto.
Antes, ayer por la tarde, el Papa acudió a encomendar su viaje a la basílica de Santa María la Mayor. Se trata de la 36 visita a la «Salus Populi Romani», a la que retornará el domingo, una vez concluido su visita a Armenia (el primer país del mundo en declararse «cristiano»), la decimocuarta de su pontificado, y la primera parte de un viaje al Cáucaso que en septiembre le llevará a Georgia y Azerbayán.
El viaje de este fin de semana tendrá como telón de fondo las tensiones, no resueltas, con Turquía, a raiz de la afirmación del Papa Francisco sobre el «genocidio armenio». Durante meses, el conflicto llevó a la retirada del embajador turco en el Vaticano. Aunque no parece probable que el Papa vuelva a pronunciar esa expresión, nadie duda que uno de los momentos clave del viaje será su visita al memorial de Tzitzernakaberd, que recuerda la matanza de 1,5 millones de armenios durante la primera guerra mundial.
El Papa, además, se encontrará con descendientes de las víctimas que encontraron refugio en Roma gracias a Benedicto XV. Un siglo después, miles de personas siguen huyendo de las guerras y del hambre, sin que encuentren las puertas abiertas. El objetivo de Francisco, tal y como reconoció en un mensaje grabado recientemente, es lanzar un mensaje de paz y reconciliación en ese país caucásico, que mantiene complicadas relaciones con sus vecinas Turquía y Azerbaiyán.
Además, existe un motivo ecuménico, el de avanzar hacia la unidad de los cristianos y tender puentes con la Iglesia gregoriana apostólica armenia, la oficial en el país y escindida de Roma desde hace 1.500 años.
En la primera jornada de viaje, Francisco realizará una visita de oración a la catedral apostólica de Etchmiadzin, visitará al presidente de la República, Serz Sargsyan, y se reunirá con la sociedad civil y con el cuerpo diplomático armenio.
Además, mantendrá un encuentro privado con el patriarca supremo o «Katholikós» Karekin II, que lidera la Iglesia Gregoriana Apostólica armenia.
Durante su viaje, Francisco celebrará múltiples actos religiosos y también políticos, y visitará la norteña Gyumri, donde reside una gran parte de la comunidad católica armenia, que suponen una minoría en el país frente a la Iglesia Apostólica.
Además, acudirá el sábado al memorial de Tzitzernakaberd, que recuerda al millón y medio de armenios que murieron en las deportaciones orquestadas por los otomanos en 1915.
El domingo se reunirá en el palacio apostólico en Etchmiadzin con los obispos católicos armenios, catorce en total, tres residentes en el país y el resto pertenecientes a la diáspora.
Después, aunque Francisco no suele aceptar este tipo de invitaciones, almorzará con el patriarca, sus jerarcas, los obispos y cardenales católicos y con el séquito papal y se reunirá con delegados y benefactores de la Iglesia armenia apostólica.
El último acto de Francisco en Armenia tendrá lugar en el monasterio de Khor Virap, uno de los lugares de mayor relevancia espiritual ya que, según la tradición, ahí estuvo encerrado Gregorio I el Iluminador, el primer apóstol de Armenia.
Francisco y el patriarca, como señal de paz, soltarán a dos palomas en este lugar, que se asoma al monte Ararat, símbolo de Armenia pero en suelo turco por la reducción territorial que ha vivido el país a lo largo de su historia.