El lobo, como en tantas ocasiones, se hacía pasar por víctima. "Siempre fue mi guía espiritual, mi confesor, debía confiar en él". La agonía duró siete largos años
(Jesús Bastante).- Giulia apenas tenía 14 años cuando un sacerdote abusó de ella. Durante mucho tiempo, la vergüenza atravesó su cuerpo y su espíritu, hasta el punto de sentirse culpable de aquel horror. Hoy, Giulia es una religiosa, y su relato aparece en «Julia y el lobo», uno de los dos que recibió el pasado sábado el Papa Francisco, durante un encuentro con víctimas convocado en Santa Marta con la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.
«Julia y el lobo» es un relato que recoge su historia, y que desde el sábado el Papa tiene en la mesa de su despacho, junto a «Quisiera resurgir de mis heridas», un libro escrito por Anna Deodato, quien también asistió al encuentro con el Papa, y que aborda casos de abusos de religiosas por parte de clérigos.
La historia de Julia, el primer libro publicado en italiano sobre un caso de la Iglesia del país, comienza en unas vacaciones de verano, en la que la adolescente sufrió abusos por parte de un sacerdote 30 años mayor, quien manipuló a la chica y la mantuvo atada a su lado, haciéndola sentir culpable: el lobo, como en tantas ocasiones, pasándose por la víctima. «Siempre fue mi guía espiritual, mi confesor, debía confiar en él«. La agonía duró siete largos años.
Tras su paso por la universidad, Julia entró en el noviciado, pero el recuerdo del lobo devorándola continuaba martilleando su conciencia. Por eso, se decidió a buscar ayuda, y la encontró en Martina, quien la ayudó en su camino de sanación. El caso de Julia no es el único, como resalta en su obra Anna Deodato. «Otras mujeres consagradas, como ella, han sido objeto de abuso sexual por parte de sacerdotes y consagrados«.
El Papa se encontró con ellas el pasado sábado, según apuntó el padre Hans Zollner, secretario de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores. El primer libro, explicó Zollner a Radio Vaticana, «es sobre la experiencia de una joven que sufrió abusos de un sacerdote en Italia: y este es el primer libro en Italia, en italiano y sobre una experiencia en Italia. El otro libro es sobre las mujeres consagradas, que sufren abusos por parte de sacerdotes».
«El Papa (según lo que me dijeron estas dos señoras) quedó muy impresionado y pidió poder encargarse también de este caso. Entonces, yo creo, por lo que hemos sabido y visto en estos años (desde que llegó Papa Francisco, y también con Papa Benedicto), que los Papas tienen una gran atención personal, de mucha empatía y muy cercana, hacia las personas en grandes dificultades y también hacia los que han sufrido un abuso sexual por parte de un miembro del clero».
La relevancia de estos encuentros se pone de manifiesto en la urgencia con la que el Papa se ha decidido a poner coto a los abusos sexuales en el seno de la Iglesia, y también respecto a la formación, y la actitud, de los obispos. Desde el pasado 5 de septiembre entró en vigor la nueva normativa en virtud de la cual un obispo puede ser removido de su puesto en dos semanas si se comprueba que ha actuado de forma negligente ante casos de abusos a menores.
Del mismo modo, la Comisión para la Tutela de Menores, según acordó el propio Francisco, formará parte de los cursos de formación para sacerdotes y obispos. El objetivo no es otro que trabajar contra esta lacra desde la experiencia, la tolerancia cero y la prevención. Para que el lobo no vuelva a vivir con total impunidad en medio del rebaño.