Podemos aprender de los Magos de no dedicar a Jesús solo nuestro tiempo libre y de pensar en él solo un poco de vez en cuando
(Cameron Doody).- «La luz de Jesús sabe vencer a las tinieblas más oscuras». El Papa Francisco ha advertido en su catequesis en el Ángelus de la fiesta de la Epifanía que entre las luces intermitentes que aparecen en nuestra vida -el dinero y el éxito entre ellas- debemos escoger el único fulgor que perdura, la estrella de Jesúcristo sobre Belén. Un astro que «brilla como una luz para todas las naciones».
Algunas frases de la catequesis del Papa:
Hoy celebramos la Epifanía del Señor, la manifestación de Jesús que brilla como una luz para todas las naciones
Símbolo de la luz que brilla en el mundo y quiere iluminar a todo el mundo es la estrella que guió a los Magos
Vieron a la estrella y eligieron seguirla: eligieron ser guiados por la estrella de Jesús
En nuestra vida hay varias estrellas, luces intermitentes. Depende de nosotros escoger cuáles seguir
Las luces intermitentes van y vienen, al igual que los pequeños placeres de la vida
El dinero y el éxito deslumbrante prometen todo a la vez: son seductores, pero se pasan
Los Magos nos invitan a que sigamos una luz estable, que nunca pasará
La verdadera luz es la luz del Señor, o más bien, es el Señor
Esta luz es para todos y llama a cada uno
Los que se han encontrado a Jesús experimentan el milagro de la luz que penetra en la oscuridad
Quisiera invitar a no tener miedo de esta luz y a abrirse al Señor
Quisiera decir a quien ha perdido la fuerza de buscar: «Ánimo, la luz de Jesús sabe vencer las tinieblas más oscuras»
Sigamos el ejemplo de los Magos
Los que siguen a la luz no permanecen en el interior. Ponen en juego su vida
La vida cristiana es un viaje continuo de esperanza
En el camino hay algunas trampas que evitar: el habla superficial y mundano, la rabia egoísta paralizante, los agujeros del pesimismo
Podemos aprender de los Magos a no dedicar a Jesús solo nuestro tiempo libre y a pensar en él solo un poco de vez en cuando. Así, tendremos su luz
Como los Magos, pongámonos en camino, vistámonos de luz a raíz de la estrella de Jesús y amemos al Señor
Algunas frases de su saludo:
Mañana las comunidades eclesiales de Oriente que siguen el calendario juliano celebran la Navidad. En un espíritu de gozosa fraternidad deseo que el nacimiento del Señor Jesús les llene de luz y de paz
La Epifanía es el Día de la Infancia Misionera. Animo a todos que se han comprometido a llevar el Evangelio
Saludo a los que han venido aquí hoy procedentes de Lazio, Molise y Abruzzo, y agradezco a la Santa Infancia su servicio educativo
Saludo a los participantes en el desfile histórico y folclórico en el sur de Umbría que tiene como objetivo dar a conocer los valores de solidaridad y hermandad
Saludo a los peregrinos de Malta, California y Polonia
Extiendo mi bendición a los participantes en la gran procesión de Reyes que tiene lugar en Varsovia
Resumen de la catequesis del Papa:
«Al inicio de cada día podemos acoger esta invitación: ¡levántate, vístete de luz, sigue hoy, entre tantas estrellas fugaces del mundo, la estrella luminosa de Jesús!», con estas palabras el Papa Francisco saludo y alentó a los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro para rezar la oración mariana del Ángelus de este viernes 6 de enero.
Comentando el Evangelio que la liturgia presenta en la Solemnidad de la Epifanía del Señor, el Santo Padre señaló que «hoy, Jesús resplandece como luz para todas las gentes». También en nuestra vida, dijo el Pontífice, existen diversas estrellas, luces que brillan y orientan. Depende de nosotros elegir a cuál de ellas seguir. «Hay luces intermitentes, que van y vienen, como las pequeñas satisfacciones de la vida: a pesar de ser buenas, no son suficientes, porque duran poco y no dejan la paz que buscamos». También existen luces enceguecedoras, dijo el Papa, como el dinero y el suceso, que prometen todo y enseguida: son seductoras, pero con su fuerza enceguecen y hacen pasar de los sueños de gloria a la oscuridad más densa.
Hoy los Magos, precisó el Obispo de Roma, nos invitan a seguir una estrella estable y gentil, que no se apaga, porque nos es de este mundo: viene del cielo y resplandece en el corazón. «Esta luz verdadera es la luz del Señor, o mejor dicho, es el Señor. Él es nuestra luz: una luz que no enceguece, pero acompaña y dona una alegría única». Por ello, al inicio de cada día podemos acoger esta invitación: ¡levántate, vístete de luz, sigue hoy, entre tantas estrellas fugaces del mundo, la estrella luminosa de Jesús! Siguiéndola, tendremos alegría, como sucedió a los Magos, que «cuando vieron la estrella se llenaron de alegría» (Mt 2,10); porque donde esta Dios hay alegría. Quien ha encontrado a Jesús ha experimentado el milagro de la luz que rompe las tiniebla y conoce esta luz que ilumina y resplandece. Quisiera, con mucho respeto, invitar a no tener miedo de esta luz y a abrirse al Señor. Sobre todo quisiera decir a quien ha perdido la fuerza de buscar, a quien, afanado por la oscuridad de la vida, ha apagado el deseo: «Animo, la luz de Jesús sabe vencer las tinieblas más oscuras».